Sánchez y Redondo fulminan al presidente de Efe por no ser dócil y él se venga
La destitución de Fernando Garea se produce apenas año y medio después de su nombramiento. En su carta de despedida a los trabajadores aclara que se trata de un castigo a su independencia.
Pedro Sánchez ha decidido cesar por sorpresa al presidente de Efe, Fernando Garea, apenas año y medio después de su nombramiento.
La noticia ha sorprendido a los propios trabajadores de la agencia de noticias, que este lunes se han encontrado con una comunicación interna de su hasta ahora presidente en la que les informaba de que el sábado el secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Oliver, le trasladó su cese.
Es, por tanto, una decisión unilateral del Gobierno. Se especula con que la mano negra ha sido el mismísimo director de Gabinete del presidente, Iván Redondo, con quien Garea había tenido en el pasado algunas diferencias.
El propio Garea se venga y deja claro que el suyo es un castigo en esa misiva a los trabajadores, en la que insiste en una frase que pronunció en el 80 aniversario de la agencia: "Una agencia pública de noticias no es una agencia de noticias del Gobierno, ni siquiera una agencia oficial", remacha, dando a entender que Sánchez quería controlar Efe y él no se ha dejado.
Y por si no quedara claro añade: "Efe es propiedad de la sociedad en su conjunto". Además de alabar el estilo de la agencia, "que mezcla precisión, rigor, credibilidad, neutralidad y pluralidad".
Garea es un periodista muy respetado en la profesión por su independencia. Antes de ser nombrado presidente de Efe pasó por El Mundo, El País y El Confidencial, además de ser colaborador de distintas tertulias.
El presidente socialista le confiere una gran importancia a los medios. De hecho durante el debate de investidura anunció un plan para luchar contra las fake news. O lo que el Gobierno considere que son fake news.