Pablo Iglesias se come sus alardes éticos y solidarios para acumular más dinero
Las cosas han cambiado mucho y poco queda del mítico "con luz y taquígrafos" y ahora, "con todo el desparpajo del mundo" va a hacer algo que tumba todo lo que echó en cara a los demás.
Luis Ventoso lo tiene claro este lunes en su columna de ABC: "Pablo Manuel Iglesias Turrión, de 41 años, también ha pasado por el aro". Y es que, a su juicio, "el liberalismo es más acertado que el marxismo porque acepta al ser humano como es y no fabula con fraternidades igualitarias. Asume que el propio interés y la competencia son los mayores motivadores de las personas".
Porque mucho tiempo ha pasado desde que la "crisis brutal de 2008-2012 ayudaron a convertir las divagaciones de salón en un exitoso partido, Podemos. Era populismo de izquierdas con un mensaje simplón, pero eficaz cuando el país estaba con el agua al cuello: la gente, a la que representamos nosotros y solo nosotros, luchará contra la casta burguesa que la machaca".
Ventoso recalca que "se aburrieron de dar lecciones morales. Despreciaron a los políticos clásicos y sus aburridas convenciones. Profetizaron una Nueva Política, donde toda conversación o negociación se emitiría por streaming, donde no habría coches oficiales, ni dietas, ni escoltas, ni pluses, ni atributo alguno de la vieja y repulsiva casta".
Más aún, hace hincapié en que "además los cargos de Podemos, serafines puros, alérgicos al confort burgués, no cobrarían jamás más de 1.800 euros (la suma de tres salarios mínimos)".
Pero, claro, las cosas han cambiado mucho, ahora Iglesias tiene un chalé que vale casi un millón de euracos, tres niños, una mujer a la que ha enchufado como su número dos, escoltas, varios trajes recién comprados, coche oficial y una garita de la Guardia Civil frente al portón de casa".
Vamos, que del "luz y taquígrafos" aquel nunca más se supo y ahora, "con todo el desparpajo del mundo, presenta una moción para reformar el Código Ético de Podemos y levantar el tope salarial".
Independientemente de lo que digan las bases, que "lo aprobarán porque aquello es el cortijo de Galapagar", Ventoso deja claro que esto es el "adiós a los alardes éticos de Vistalegre".
En conclusión, la pareja ministerial se sincera porque "quiere más dinero" y "es normal" porque "Pablo se ha hecho mayor y los gastos se han disparado. Ley de vida. Solo se le pide un favor: deje de dar la murga con la pose de disidente antisistema y los latiguillos faltones contra quienes piensan diferente".