Beaumont pone la puntilla a Álvarez de Toledo con el mote que circula por el PP

Este martes Antonio Martín Beaumont analiza lo importante que es la estrategia del portavoz parlamentario para los partidos cuando caen en el purgatorio de la oposición. Casi tanto como la del líder.

En su tribuna de La Razón, recalca que en este sentido, Pablo Casado ha trazado en este último año una ambiciosa hoja de ruta para refundir el centroderecha en torno al PP pero, sin embargo, "no parece que la persona elegida para encarnar ese nuevo e ilusionante proyecto, Cayetana Álvarez de Toledo, esté dando la talla". De hecho, cita a dirigentes populares que aseguran que "se ha convertido en una pirómana que, lejos de despejar viejos recelos, contribuye a consolidarlos".

Y para muestra, el último botón: el error de cuestionar la deontología de una cadena de televisión como La Sexta, que ha agotado la paciencia de muchos simpatizantes populares y de algunos "notables" en Génova 13 por inoportuna, sí, pero también por "reincidente".

Beaumont destaca a los que desde sus mismas filas avisan de "su capacidad para buscar entre bambalinas el favor de los medios contra los que hace casus belli" pero va más allá.

Que Álvarez de Toledo no tenía ni cultura ni bagaje como militante del PP ya lo sabía Casado cuando la nombró y, de hecho, su designación fue rechazada por su círculo próximo: su talante distante, sus deslealtades durante la etapa de Mariano Rajoy y su "ir por libre" habían puesto en guardia a muchos.

Para el director de ESdiario, "era cuestión de tiempo que su condición de verso suelto sería vista como un elemento distorsionador de la vida interna del partido"; "quienes la trataron como jefa de gabinete de Ángel Acebes, y los que sufrieron sus críticas cuando coqueteó con ciertos entornos neoliberales nada amistosos con Rajoy, ya advirtieron del error de situarla en un puesto tan vital como el de portavoz parlamentario".

Aunque matiza que "nadie duda de que Cayetana es una política combativa y bien preparada para desmontar la supuesta superioridad moral de la izquierda y del independentismo" también aclara que "cosa bien distinta es darle voz y mando sobre la marcha parlamentaria y comunicativa de este nuevo PP".

Y es que a estas alturas de la película, la hoja de servicios de Álvarez de Toledo tiene más deflagraciones que otra cosa, desde el PP catalán con encontronazos desde Alberto Fernández Díaz a Xavier García-Albiol o Josep Bou, hasta el PP vasco con cuyos miembros no tuvo la más mínima delicadeza. Tampoco ha dedicado demasiado tiempo a sintonizar con los barones populares, cuya opinión siempre fue escuchada por sus antecesores en la Portavocía pero ahora sus relaciones son muy frías con Alberto Núñez Feijóo, Juanma Moreno o Alfonso Fernández Mañueco.

En resumen, concluye Beaumont, el "cóctel de esta personalidad altiva, de trato difícil, de ninguna cultura de partido y de exhibición permanente de indiscutible preparación intelectual ha convertido a Álvarez de Toledo en un problema para Casado. Lo hace casi todo a su manera. El último ataque frontal, innecesario e inoportuno a La Sexta se suma a una lista de "incendios" demasiado larga".