Político de telenovela: hunden a Sánchez por predicador populachero y mentiroso
La pesadilla se ha hecho realidad. Algo peor que el coronavirus se va extendiendo por Moncloa como un fantasma que se apropia de los engranajes del poder, la agenda, el timming, y la imagen.
Desde luego que no a todo el mundo está gustando la actuación de Pedro Sánchez en esta crisis sanitaria histórica pero los hay que van más allá como es el caso de Jorge Vilches este martes en su columna de VozPópuli, donde argumenta que "usó con tanta convicción el populismo para recuperar votos y absorber a Unidas Podemos, instalándose en la mentira como costumbre, que cuando intenta ahora tomar una pose institucional queda en ridículo".
A su juicio, no consigue una imagen de estadista creíble en sus "aburridas homilías televisivas" ni "censurando las preguntas de los periodistas".
Y todo porque "se sabe sobrepasado. Le ha derrotado la realidad, como a todo populista. Una crisis de esta envergadura hubiera necesitado un líder, y Sánchez no lo es. Se trata de un predicador populachero, acomodaticio, serpenteante, oportunista y mentiroso; uno de esos políticos buenos para las telenovelas, pero que no aguantan un asalto con la realidad".
Y es que esta crisis hubiera precisado de un líder capaz de reaccionar al primer anuncio de la OMS, que no hubiera claudicado a partidos a los que no les interesa España: "Porque Iglesias se toma la crisis como una oportunidad para cambiar el régimen por la puerta de atrás, y Torra para ahondar en la estupidez con su "España nos contagia".
Para Vilches, un estadista de verdad hubiera cogido las piezas del Estado de las Autonomías y las habría puesto a funcionar, pero no, "intentó centralizar la acción en un ministerio de Sanidad que ya no tiene estructura ni costumbre, incapaz de gestionar nada, y retrasó la adopción de medidas y la compra de material sanitario y medicamentos".
Por el contrario, argumenta el periodista, hasta después del 8M, solo tenía pensadas cuatro cosas: "la emergencia climática, la emergencia machista, la mesa bilateral con los golpistas y anular a la derecha dando un giro autoritario al régimen". O lo que es lo mismo: "guerra de propaganda, cesión a los independentistas para aprobar sus “presupuestos progresistas” (que nos hubieran machado a impuestos y luego hundido), y moldear las instituciones a su semejanza para perpetuarse en el poder".
Por eso para Vilches, "Sánchez es un Erdogan de pacotilla" porque afortunadamente no "no ha sabido convertir una democracia en una autocracia de adoración al líder".
No se trataba de trasladas a los españoles "el culto que él mismo tiene a su persona" sino de gestionar, liderar y resolver.
En conclusión, "lo ha hecho todo mal" y "luego dirá, si es que sobrevive políticamente a su negligencia, que el maldito "bichito" ha impedido su maravilloso programa progresista".
Pero para Vilches hay algo peor que el coronavirus y que se va extendiendo por Moncloa como un fantasma que se apropia de los engranajes del poder, de la agenda, del timming, y de la imagen, que hace la propaganda más destructora: ese fantasma es Pablo Iglesias.
Porque, sentencia, "la pesadilla se ha hecho realidad. El comunista sabe manejarse mejor que nadie en crisis de este tipo. Adora el río revuelto y el ruido populista porque sabe que ese es justo su campo de juego. Es el lugar donde puede sacar el mayor rédito, y estando en el poder el orgasmo leninista está casi asegurado".