Una pareja culpa a "First Dates" del gran desastre ocurrido durante su cita
A pesar de que el programa presentado por Carlos Sobera pone la mejor de las intenciones para que todo salga bien durante las citas que tienen sus comensales, a veces las cosas se tuercen.
Gonzalo y Sarah llegaron a First Dates dispuestos a encontrar a su media naranja. A pesar de que él se definió a sí mismo como una persona "muy sociable", que para él "enamorarse era complicado". Para ello dijo que tendría que encontrar a alguien que tuviera sentido del humor y que también fuera inteligente.
"Yo creo que te va a encantar la chica que te hemos encontrado", dijo muy convencida Lidia Torrent, encargada de recibir a los comensales a su llegada al restaurante. Sin embargo, Sarah, su cita, aseguró que nada más ver a Gonzalo su primera impresión "no fue buena". "No me llenó", dijo la joven. Y es que ella hubiera preferido tener una cita con alguien "más sport, más casual". Él, por su parte, dijo que su primera impresión al ver a Sarah había sido buena.
Aun así, ambos se dirigieron a la mesa, dispuestos a disfrutar de una cena agradable. Pero al poco de comenzar la cita, los dos se dieron cuenta de que no tenían nada en común. Aunque Sarah confesó que le encantaba viajar, no le hizo mucha gracia que Gonzalo tuviera como sueño ir a Japón. "A mí no me gustaría, ese mundo no es el mío. No me gusta lo de los videojuegos esos", dijo ella.
Unas palabras que no le sentaron nada bien a Gonzalo, quien precisamente estudia para dedicarse a ello. "Me cago en todo. Es parte de mi vida, es a lo que quiero dedicarme, es mi pasión. Me ha dolido un poco. Debería de ser, al menos, parte de mi pareja. No le pido que juegue pero sí que lo respete", dijo él, visiblemente molesto.
No obstante, Gonzalo intentó poner la mejor de sus caras durante lo que quedaba de cita. "Me encanta que nos hayan puesto juntos. Casi que lo prefiero. Si me hubieran puesto a alguien muy compatible igual…", dijo. Ella, sin embargo, aseguró no entender nada. "Me lo estoy pasando bien aquí con el cachondeo, pero no entiendo por qué nos han puesto juntos", apuntó.
Unos hechos que dejaban intuir cuál iba a ser el final de la cita. Y por fin, ambos coincidieron en algo. Ninguno de los dos quiso tener una segunda cita con el otro, por lo que cada uno se fue por el mismo sitio por el que había llegado.