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Page "confiesa" y deja a Pedro Sánchez hundido: el pico fue el 4 de marzo

Por primera vez un presidente autonómico, y del PSOE, reconoce que el gran contagio en España se produjo antes de que el Gobierno tomara medidas, pese a las advertencias internacionales.

Emilia García Page y Pedro Sánchez

Emilia García Page y Pedro Sánchez

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Javier Rodríguez

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Hasta en 40 ocasiones, con distinta intensidad, el Gobierno de España recibió avisos desde enero hasta marzo de diversas instituciones internacionales advirtiendo de la gravedad del coronavirus y de la necesidad de adoptar medidas que no se anunciaron cuando ya era tarde. Eso explica la virulencia de la pandemia en España, casi única, resumida en un dato: con el 0.6% de la población, el país soporta casi el 15% de las víctimas mortales de todo el mundo.

Lo que ya era un hecho documentado, con informes oficiales cotejados con la cronología, lo ha confirmado a su manera uno de los nombres clave del propio PSOE, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page.

Lo ha hecho en una entrevista en ABC que derrumba el relato oficial de Pedro Sánchez, ajeno a las cifras de mortandad, que llega a maquillar equiparándolas con la media europea pese al enorme desfase, y presumen incluso de rapidez en la respuesta.


"Es evidente que el momento de expansión ha pasado. Nosotros calculamos que entre el 4 y 5 de marzo y el 12-14 de marzo estaba como una flor echando el polen", afirma el barón socialista, con unas declaraciones de un impacto decisivo.

Porque reconocen públicamente lo que la ciencia ya ha demostrado pero no forma parte del debate social, quizá por la campaña del Gobierno para ignorar fechas y cifras con el respaldo de unos medios de comunicación, sobre todo de la televisión: existe una especie de burbuja que niega las evidencias y recrea un paisaje ficticio en el que el impacto del coronavirus es fortuito y la respuesta, sin embargo, casi épica.

Page reconoce que el gran contagio fue a principios de marzo, cuando el Gobierno desoyó todos los avisos y permitió incontables eventos de masas

La fecha dada por Page es crucial porque evidencia que la estadística fúnebre española no procede de un hecho fortuito, sino del contagio masivo que se produjo en las mismas fechas en que el Gobierno, lejos de atender los avisos internacionales como Portugal, Grecia o Polonia, entre tantos otros; permitió e incluso incentivó actos masivos: el 8M, mítines como el de VOX y una larga lista con más de cien eventos de gran afluencia.

"Ya lo abordaríamos cuando tocase"

"Visto con perspectiva, yo tengo una opinión que creo que no tiene sesgo ideológico ni sobre el 8-M ni sobre el acto de Vox. En España empezamos diciendo que los casos que había no eran españoles, eran importados. Sensación de la Administración de que aquí no había llegado el virus y que ya lo abordaríamos cuando tocase. A lo mejor tampoco puedes cerrar un país por cuatro casos. Es muy complicado", añade el presidente autonómico.

Lo cierto es que el retraso no se sustenta en la imprevisibilidad de la epidemia ni en la falta de avisos y ejemplos; sino en la premeditación en la demora con razones quizá políticas: a las alertas de la OMS se se sumó, el tres de marzo, la de la propia Unión Europea, quien desaconsejó la celebración de actos de masas sin que Moncloa, como en todas las ocasiones previas, le hiciera caso.

Aún más, en contra de otros países que suspendieron todo tipo de espectáculos con público o cerraron sus fronteras rápido, España mantuvo los vuelos directos con Italia hasta el 10 de marzo, desoyendo la lección que China venía mostrando desde enero y, aún más, los contundentes avisos de lo que nos venía encima activados por la OMS entre otros.


Aunque Page no quiere hacer sangre, e incluso afirma que con Rajoy hubiera ocurrido lo mismo, lo cierto es la hace al refrescar su propia memoria reciente: "Cuando la Comunidad de Madrid cerró los colegios, y no lo critico, eso consiguió que nos vinieran miles de personas con sus abuelos a la región. No juzgo las intenciones. Pero eso nos ha llevado a todos ir muy por detrás. Y ese mismo día el Gobierno nos pedía que no cerráramos los colegios. El mismo día. Y yo mantuve esa posición de lealtad. Hasta que esa misma tarde me enteré por la televisión que el Gobierno cambiaba de criterio", rememora.

Se favoreció un contagio masivo

Las palabras del barón socialista confirman una evidencia: España tiene 428 muertos por cada millón de habitantes, frente a los 60 de Portugal o los 10 de Grecia; porque permitió que estallara una bomba virológica en las mismas fechas en las que el Gobierno, en lugar de pararlo todo, lanzó a millones de personas a la calle. Y no porque no le hubieran advertido de la magnitud de la amenaza.

De aquella decisión y de aquel momento procede el contagio masivo y de ahí vienen también el colapso sanitario y la desproporción estadística de España: todas las víctimas se contagiaron entonces, generando un alud de enfermos y muertos que desbordó a los hospitales y a las morgues.

De la dimensión de los errores en la gestión da cuenta un último dato: con la tasa de mortalidad española, en le mundo se contarían ahora 18 millones de muertos. Hay 140.000, de los que más de 20.000 son españoles. La desporporción es, simplemente, inocultable.

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