Sánchez se queda sin parapeto: La sucia jugarreta de Iglesias que le hizo trizas
Presumió de ser un Gobierno que escucha pero lo que silenció intencionadamente es que su récord a la hora de auto-enmendarse tenía unas motivaciones tan poderosas como preocupantes.
Este jueves Antonio Martín Beaumont se hace eco en su artículo de La Razón del "paradigmático tropiezo que minó aún más el desgastado crédito de Pedro Sánchez antes de pasar por la cámara baja para pedir la tercera prórroga del estado de alarma".
A saber: "La rectificación sobre la vuelta de los niños a la calle estuvo acompañada por un atronador choque entre socios" de "horas de tensión en las que Sánchez debió cambiar su guion de intervención en el Congreso".
Presumió de ser un Gobierno que escucha pero calló que su récord a la hora de auto-enmendarse "se debió al riesgo real de caer derrotado en la extensión del periodo excepcional durante quince días más".
Y es que Podemos se planteó enmendar el estado de alarma junto a Bildu, ERC, Grupo Plural, Vox o Cs tras la avalancha de críticas a las intenciones iniciales del Gobierno con la salida de los niños de casa: Pablo Iglesias se lanzó en tromba para apuntarse el tanto de una marcha atrás cantada.
Hasta tal punto que el real decreto estuvo en el aire: "Un órdago a la grande que evidenció hasta qué punto está deteriorada la entente entre las huestes de Sánchez e Iglesias".
Y es que para Beaumont, "este Gobierno no da más de sí. Pablo Casado lo comprueba de primera mano en sus citas telemáticas con el presidente. Sabe que está ante un líder incompetente, sobrepasado. Carece de plan. Ya no puede siquiera parapetarse (como hizo hasta ahora) tras las recomendaciones del Comité Científico y miente por interés propio sin entender que la gravedad del momento requiere otra actitud".
Por si fuera poco, recalca, "la crisis del Covid-19 ha hecho saltar por los aires la coalición gubernamental" y "el Consejo de Ministros se ha convertido en un conjunto de grupúsculos a la carrera para imponer los cupos publicitarios de unos o las recetas ideológicas de otros".
Según el director de ESdiario, algunos colaboradores de Sánchez se quedan de que "no se puede ser tan desleal después de mantener la boca cerrada en el Consejo de Ministros".
Y a todo esto, el líder del PP casi suplica al presidente del Gobierno que "no baje los brazos, no se rinda, para que deje de dar tumbos y asuma su responsabilidad con los españoles. Sánchez y los suyos muestran a velocidad de vértigo que, en el peor de los momentos, estamos en las peores manos posibles".