La "estrategia" de Jorge Javier y Paula Vázquez para ser "líder de la izquierda"
El presentador de Sálvame ha relatado todo lo que le tiene que agradecer a Paula y a la vista de los resultados parece que es mucho
Los presentadores Jorge Javier y Paula Vázquez tienen más en común de lo que se pueda creer y así lo ha contado el conductor de Sálvame que ha explicado cómo ha sido su "encuentro" después de la sonada polémica de la semana pasada en la que Paula tildó al programa de Jorge Javier de "machista y misógino".
Sin embargo, Jorge Javier, en su columna de la revista Lecturas ha explicado que tiene "mucho cariño a Paula" ya que "gracias a ella estoy trabajando mucho en Mediaset".
Así, explica que "ella decidió irse porque quiso incluir una cláusula de conciencia en su contrato y parece ser que como no le concedieron ese deseo se largó". De hecho, insiste en que "nunca se lo agradeceré lo suficiente, porque como yo no tengo conciencia no paro de trabajar".
Además, ha explicado que Paula llegó desde "un túnel", "que es algo que nos construyen a todos los que somos elegidos por el vicepresidente para implantar el comunismo en los medios".
De hecho, ha insistido en ello, después de asegurar en televisión que Sálvame es "un programa de rojos y maricones", explicando que su condición política da "permiso para que celebremos botellón y barbacoas en el jardín de nuestras casas, pero yo ese lo utilizo poco porque soy más de Dom Pérignon y caviar. Ruso, por supuesto".
Junto a ello, y siguiendo con la ironía y con su ficticio encuentro, ha explicado que "estaba preocupado el vicepresidente y nos pidió a la camarada Paula y a mí que hiciéramos un poco de ruido para desviar la atención hacia otro foco que no fuera el Gobierno".
Y es que, luego llegó Ainhoa Arteta y "Pablo se despidió muy cariñosamente de nosotros y le recordó a Ainhoa que esa noche tenía que cantar ‘La Internacional’ en el chalé de Galapagar porque daban una cena de gala para ciento veinte personas. Y que no se preocuparan del piano, porque en el chalé tenía unos seis o siete que le había requisado a José Luis Moreno".
De hecho, todo el lío montado no responde a más que una "estrategia" ya que después de la pelea pública con Paula ella aseguró que "los bolivarianos estaban muy contentos, porque desde hacía una semana les habían dejado en paz, y ante eso me tuve que callar, la verdad. Porque ahora que soy líder de la izquierda debo tener muy claras mis prioridades".