Landaluce desmiente que Iglesias quisiera azotar hasta sangrar a Mariló Montero
Se ha convertido ya en un clásico de hoy, ayer y siempre y forma parte del imaginario político colectivo... pero la periodista, siempre contracorriente e indómita, ha tumbado el mito.
Mira que se ha hablado de ello durante años pero este miércoles Emilia Landaluce, siempre contracorriente, le dio una vuelta en su columna de El Mundo asegurando que "pese a la admiración sincera que se puede sentir por Mariló Montero, sería un desastre decir que el "la azotaría hasta sangrar" de Pablo Iglesias en un mensaje privado sea una incitación a la violencia contra la mujer. Era una fantasía y punto".
Lo hace para argumentar que "la proscripción del placer parece una de las consecuencias de la nueva anormalidad, que nos recuerda a tiempos más oscuros" y que "las izquierdas abominan de los placeres". A su juicio, "el disfrute por el disfrute, como el humor por el humor, parecen proscritos por el radicalismo".
Considera difícil saber en qué momento "se decidió la proscripción del placer de la vida contemporánea" y "en qué momento decidimos elegir la tristeza, la amargura y el reproche y desdeñamos el placer. O no: porque nada hay más primario (o gregario) que el miedo, el chivatismo o la culpa".
Así las cosas, defiende romper una lanza "por el mensaje que el ex perjudicado Pablo Iglesias mandó en su chat con Dina. No hay incitación o delito; tan solo es reseñable la hipocresía del que censuraba la compra de un dúplex y ahora vive instalado con seis patrullas de la guardia civil en su aberchalé de Galapagar. O el que canturrea el Violador eres tú mientras coloca a los afines en el pesebre".
En resumen, "esta nueva moralina es casi tan pacata como aquella con la que imaginamos los manuales para el matrimonio de la Sección Femenina. Se debe aceptar el maltrato y el insulto al rival político crítico. En caso contrario, eres facha".
O lo que es lo mismo, que "el gretinismo ha llegado para quedarse aunque haya quedado demostrado lo nefasto que sería para las economías aplicar alguno de los postulados de la niña sueca".
Moraleja: "ya no queremos mas zoom sino tomarnos una cerveza con los amigos".