Sólo el núcleo duro de Sánchez sabía lo que tenía preparado a la Guardia Civil
Antonio Martín Beaumont rasca profundo en la estrategia reciente más "insidiosa" del Gobierno de coalición para dejar al descubierto lo que casi nadie sabía y sus posteriores consecuencias.
Este martes, Antonio Martín Beaumont se hace eco en su artículo de La Razón de lo que se han puesto a divulgar las terminales de La Moncloa: que "arranca otra etapa" tras la emergencia sanitaria que "incluirá iniciativas que brillarán por sí solas".
Y es que a rebufo del Salario Mínimo Vital este martes saldrán del Consejo de Ministros el real decreto de la nueva normalidad, la ley de Protección Integral de la Infancia y la Adolescencia o el Plan de Ayudas al Turismo y las órdenes que envían desde el Complejo Presidencial son tajantes: "en ningún caso las circunstancias pueden hacer vacilar a los nuestros. El Gobierno de progreso sufre la cacería de una oposición "inmoral" que está utilizando la pandemia para derrocarlo y el PP se ha tirado al monte siguiendo a la extrema derecha de Vox".
Según Beaumont, tal argumentario funciona tan bien como "adhesivo para la mayoría Frankenstein" como para "los beneficios socialistas" porque así Pedro Sánchez va desviando la atención de los problemas que le acosan.
Sin ir más lejos, pone como ejemplo el director de ESdiario, "resucitó las cloacas del Estado para lanzárselas a los populares en el último debate sobre la prórroga del estado de alarma" y eso que llegó acorralado cuando se acumulaban indicios en su contra de saltarse las recomendaciones para evitar la propagación del Covid-19 en el 8-M. Al final, machacó el buen nombre de la Guardia Civil con tal de inyectar dudas en la opinión pública sobre la investigación abierta en los tribunales en su contra.
Según Beaumont, "sólo el núcleo duro del presidente sabía que se iba a esparcir la insidiosa injuria contra el instituto armado y pilló a contrapié a Pablo Casado; Ni el mismo Marlaska se lo esperaba".
Y es que "estamos ante un político que, en su particular concepción del poder, no conoce ningún límite si ello le vale para salir del paso en un momento crítico para él. La estrategia desplegada por Sánchez buscaba, única y exclusivamente, crear la suficiente confusión para enterrar el autoritarismo del titular del Interior y, a la postre, restar valor a la instrucción de la juez Carmen Rodríguez Medel".
Dicho y hecho. Así se hizo. Hacer ruido para que no se note la realidad incluso a precio de atribuir intenciones golpistas a la Benemérita. Y luego esconder la mano, eso sí, cerrar filas con los uniformados verdes y hasta la "imagen cínica ideada por la factoría Iván Redondo: el último minuto de silencio al concluir los 10 días de luto oficial lo protagonizó un agente de la Guardia Civil estratégicamente situado entre Pedro Sánchez y Carmen Calvo en las escalinatas de La Moncloa".