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Sostres monta en cólera por las humillaciones e insultos de Sánchez al Rey

El homenaje del Gobierno a las víctimas de la pandemia ha hecho al columnista estallar por convertirlo en un acto de propaganda socialista.

Pedro Sánchez en el homenaje a las víctimas

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Salvador Sostres no se ha andado con paños calientes y ha denunciado que el Gobierno ha aprovechado "el dolor ajeno para convertirlo en propaganda", en relación al homenaje a las víctimas del coronavirus organizado por Pedro Sánchez para su mayor gloria, en el que además, ha vuelto a consumar su enésima humillación al Rey.

Y es que, a juicio del columnista de ABC, el Gobierno, en lugar de pedir perdón por no haberlo hecho mejor, ha sacado a relucir "el repertorio completo de la arrogancia sectaria de los que no sienten nada ni se compadecen de nada".

Además, ha puesto de manifiesto que "la miseria política, pero sobre todo personal del presidente Sánchez no acudiendo a la celebración religiosa, y convirtiendo al Rey en un invitado más, sentado con sus familias en sillas de plástico han sido un insulto al dolor y al miedo que hemos pasado".

Por ello, considera que "habría sido un detalle que ya que Pedro y Pablo nos fallaron en la vida, hubieran sido algo más respetuosos y dignos y decentes en la muerte: pero una vez más ninguna piedad, ninguna ternura han podido contra su crueldad y su sectarismo".

De esta manera, cree que "un absurdo pebetero y unas rosas blancas, que nada tienen que ver con nuestra tradición, ni con nuestro modo de redimir el dolor, han estado en el centro de un homenaje oficial a las víctimas del Covid", lo que lo ha convertido en "un acto más de campaña del Partido Socialista".

Y es que, tiene claro que "a Pedro Sánchez no le gustamos: no sólo los votantes del PP o los de Vox, no sólo los católicos, ni siquiera no sólo la Iglesia. No le gustamos los españoles, lo que sentimos los españoles, donde miramos los españoles cuando la vida nos golpea, la vida y la muerte, y nos da miedo la soledad".

Por ello, ha denunciado que, en realidad, "le estorbamos, y su ridículo pebetero no es su homenaje sino su resentimiento. Contra los católicos, contra el Ejército, que también fue excluido del homenaje, como un apestado, con lo fundamental que fue su contribución en la gestión de la pandemia; y finalmente, y por extensión, contra el pueblo, contra nosotros en general y en concreto, que tampoco fuimos invitados a la ceremonia, llamada 'cívica', como un eufemismo de todas las renuncias, pero que desde luego no fue 'civilizada", ha sentenciado.