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Marhuenda denuncia la bajeza de un "trato de favor" a Cataluña y País Vasco

El partidismo y los intereses sectarios para mantenerse en el poder resultan demasiado tentadoras para el Gobierno en el reparto de los fondos para la recuperación, según el periodista.

Urkullu y Sánchez, en La Moncloa

Publicado por
M. Villa

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Reunir periódicamente a los presidentes autonómicos es una acción sensata, siempre y cuando se acompañe de iniciativas similares con la oposición y, sobre todo, se garantice la igualdad de trato, algo que está por ver, dada la fuerza que ejercen Cataluña y País Vasco a la hora de reclamar trato preferente. Toda una bajeza si dejan que se salgan con la suya, en opinión de Francisco Marhuenda.

Tras lo visto en la cumbre de La Rioja, el director de La Razón tiene la mosca tras la oreja y señala que "sería bueno que el gobierno social-comunista huyera de la tentación de utilizar el partidismo en el reparto de los fondos necesarios para la recuperación".

"No es buena la constatación de esa arrogante bilateralidad que impone el PNV en su relaciones con el Gobierno y que la asistencia de Urkullu a la conferencia de presidentes en San Millán de la Cogolla se produjera tras pasar por caja", apunta en su última columna en La Razón, donde atiza también a Quim Torra, al que desea instalado mejor en las guerras internas del separatismo: "Es triste comprobar que centenares de miles de catalanes siguen votando al partido heredero de una corrupción masiva e institucionalizada".

Por lo demás, Marhuenda considera que "es inaceptable que existan comunidades de primera y de segunda porque no solo rompe el principio de igualdad sino que es una ignominia". Y clama contra la 'discriminación positiva' de catalanes y vascos: "Cataluña y el País Vasco ni pueden ni deben tener un trato de favor. La condición de nacionalidades históricas no tiene ningún sentido porque todas lo son. Nadie puede defender que lo sean más que Castilla, Aragón, Asturias, Canarias, Valencia, Baleares…".

Por desgracia, esa realidad sigue dominando el equilibrio de fuerzas políticas en nuestro país y no parece que vaya a cambiar de inmediato, pese a estar cimentado sobre una absoluta falacia.

"La tergiversación de la Historia de España ha sido algo habitual para sostener las reivindicaciones independentistas. En el caso de los territorios vascos o el condado de Barcelona es tal el despropósito que, una vez más, es un insulto a la inteligencia y carece de fundamento científico situándose en el terreno de la fabulación histórica", sentencia Marhuenda.