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Un extraño estudio de The New York Times concluye que Pedro Sánchez no es blanco

El periódico más famoso del mundo publica un controvertido estudio racial en el que se defiende, con casos de españoles famosos, que no son de raza blanca.

Pedro Sánchez y Donald Trump, en uno de sus encuentros

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N. del C.

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La intención era curiosa, cuando menos: cuantificar cuál es la raza predominante entre los personajes más poderosos de los Estados Unidos. Ése era el "experimento" que el primer periódico del mundo, el prestigioso The New York Times, ha elaborado para llegar a una conclusión, no por previsible menos llamativo: el 80% son blancos.

La polémica ha saltado, sin embargo, al excluir de esa condición a todo aquel con origen o apellidos hispanos, a quien parece tratar, sin decirlo, como indígenas: todos los que deberían aparecer en la clasificación, sin excluidos de ella mientras se incluye a personalidades de Marruecos, por ejemplo.

Para los autores del estudio, ni españoles ni portugueses son distintos a los habitantes originarios de Sudamérica, con sus propias características raciales antes del metizaje derivado de la llegada de los descubridores a aquella tierra. Pedro Sánchez, cuando viaje a Estados Unidos como al comienzo de su primera legislatura, no será considerado "blanco", aunque no se le cite expresamente.

Esa es la única explicación que cabe encontrar a un episodio rocambolesco que había pasado desapercibido hasta la denuncia del profesor René Flores, de la Universidad de Chicago, advirtió del monumental error o de la falta de aprecio por los hechos, con un mensaje en las redes sociales que ha encendido las alarmas.

According to the NYT, some European-Americans are non-White. In their analysis of the most powerful people in the U.S. today, the paper classifies Europeans from the Iberian Peninsula like Spaniards and Portuguese as non-White. @nytimes https://t.co/fkN6U9BFL9

— René D. Flores (@rd_flowers) September 10, 2020

El profesor detecta el contrasentido del informe de NYT, que no considera de raza blanca a personajes bien conocidos de la política y la empresa americana, como John Garamendi, de origen vasco, o el luso Devin Nunes. Tampoco al poderoso consejero delegado de la empresa fundada por Amancio Ortega, el conocido Pablo Isla.

Aunque no existe mención concreta al presidente del Gobierno, tanto Sánchez como otros "ibéricos" presentes en el país de Donald Trump puede darse por aludidos: desde los residentes Pau Gasol o el chef José Andrés, amigo personal de Obama; hasta los ocasionales Rafa Nadal y Antonio Banderas.

El profesor Flores detecta otra paradoja en el informe del rotativo, igual de curioso: sí consigna como blancos, por contra a personas de Oriente Medio y Marruecos, como el americano de origen ianí Farnam Jahanian o el marroquí Marc Lasry.

"La identificación de las señales culturales ibéricas como no blancas y la clasificación de las personas de Oriente Medio como blancas es un fenómeno exclusivamente estadounidense", apunta el especialista, antes de llegar a una conclusión nada beligerante: "Este es un buen ejemplo de cómo los límites de "lo blanco", junto con el resto de categorías raciales, cambian con el tiempo y son moldeados por factores sociales y políticos".