"Joder con la debilidad humana": un periodista cabreado clama contra Simón
Le recuerda quién le hizo famoso y quién le paga y evoca que ya el "posado en moto delataba un cierto ego divino que entraba en colisión con sus modales televisivos de toma de tierra".
Es un tema recurrente en los corrillos y en las tertulias y este viernes Antonio Lucas recoge el testigo en El Mundo para analizar la polémica incursión televisiva de Fernando Simón en pleno rebrote de Covid en España.
El periodista reconoce que en los peores meses de la pandemia confió en su difícil tarea durante sus conexiones en directo desde Moncloa y cree que "cuando se levantó el estado de alarma parecía el momento oportuno para dar el relevo profesional como portavoz, que alguien limpio continuase la tarea".
A su entender "no habría sido una derrota" sino un momento ideal para demostar la importancia de saber despedirse a tiempo porque "Simón salió torrefactado de aquellos meses de exposición por una realidad sobrepasada de muertos, de enfermos, de UCIs colapsadas, de contradicción, de datos en falso, de miedo".
Le "perdona" Lucas el "posado en moto" con el que "delataba un cierto ego divino que entraba en colisión con sus modales televisivos de toma de tierra". Incluso de las vacaciones de Simón en Portugal que generaron "un escándalo inmerecido" porque "fueron tres o cuatro días en el mar".
Pero concluye rotundo que lo de ahora "definitivamente, es un derrape". Vamos, que "en plena escalada de contagios resulta difícil justificar que el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad empeñe el cargo público como protagonista de un programa de aventureros volando en globo por Mallorca y de buceo".
Aquí no vale como excusa lo del descanso, sino "un gusto adquirido por la lentejuela. Un rollo celebrity más cerca del show de David Copperfield que de Pasteur" y le recuerda que "le debe la fama a la política y el sueldo a los presupuestos generales del Estado" por lo que "su posición, necesariamente, exige la delicadeza de no sacar tajada en enredos accesorios. Joder con la debilidad humana", clama.
Y es que "las imágenes de Simón delatan una felicidad californiana que no casa bien con este momento. Lo suyo no es un descanso necesario, sino un bañito de oro. Bajo la crueldad del virus no conviene tener más reto que cumplir con el encargo de erradicarlo. Y cada cual tiene su sitio".
A saber, aunque la España propuesta por algunos programas no sea la del Covid, sino la del entretenimiento vía placebo, "que el responsable oficial y científico de dar cuenta de este aquelarre acepte interpretar el papel de Sandokán para la tele es de una torpeza incalculable".