El sueldazo al que no quiere renunciar Rahola en plena guerra separatista
La exdiputada de ERC y tertuliana se resiste con uñas y dientes a ser desplazada de su posición de privilegio, según ha quedado de manifiesto en unas grabaciones telefónicas muy reveladoras.
El control de TV3 se ha convertido en uno de los objetivos de la guerra desatada entre las distintas fuerzas del separatismo catalán. De la crudeza con la que se vive este enfrentamiento, que combina control por el poder y el manejo de mucho dinero público y sueldos astronómicos, ha dado buena cuenta un diálogo telefónico entre la exdiputada republicana y tertuliana Pilar Rahola y el ex dirigente de CDC David Madí en el marco de la 'Operación Voloh', filtrada a la prensa.
En la conversación, Rahola se queja ante Madí, un hombre muy cercano a Artur Mas, porque Vicent Sanchis, el director de la cadena catalana, pretendía recortar su presencia en algunos espacios de la televisión catalana –pasar de tres a dos apariciones semanales–. Tal y como ha hecho público El Periódico, Rahola incluso pidió a Carles Puigdemont que intercediera ante Sanchis para seguir siendo una de las caras habituales.
Las protestas de la estrella mediática separatista no tienen fundamento por el lado económico, al menos. Y es que, según narra La Razón, se ha forrado literalmente por participar en los programas 'FAQS' y 'Tot es mou', de manera continuada desde 2018.
En el portal de transparencia de la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals (CCMA) queda registrado que Rahola ha cobrado de las arcas públicas un total de 127.800 euros. Los contratos de 'FAQS', un espacio producido por El Terrat, no son conocidos, pero sí los de 'Tot es mou'. El último de ellos es del pasado 27 de agosto y es por cuatro meses en calidad de especialista en actualidad política. La tarifa es de 10.200 euros.
Desde su púlpito
Por lo demás, las apariciones de la también escritora y periodista en TV3 siempre han sido muy criticadas, sobre todo, porque suele estar presente en espacios en los que nunca tiene nadie delante para rebatirla. Es decir, la presentadora le somete a una serie de preguntas para que la exdiputada republicana vaya comentando sin ningún oponente.
Curiosamente, su defensa a ultranza del discurso separatista, desde el argumentario más sectario, no le ha valido para granjearse el apoyo de todo el independentismo. Aparte del rechazo de los antiguos convergentes, tampoco despierta simpatía entre Esquerra Republicana, formación por la que fue parlamentaria, y las CUP.