Los amores y los negocios que guarda con celo Matías Prats al cumplir los 70
Sus latiguillos chistosos presentando las noticias le han convertido en uno de los periodistas más populares de nuestro país pero su vida privada, custodiada bajo llave, es todo un misterio.
Sus comentarios chistosos y sus latiguillos se convierten en su seña y en tendencia cada dos por tres. Y su rostro es de lo más solicitados a la hora de hablar de periodistas televisivos de estirpe y veteranía. Pero más allá de su carácter afable y sencillo y de su contrastada profesionalidad, poco más se sabe de la vida de Matías Prats, que acaba de soplar las 70 velas, lejos de las cámaras.
Con más de 40 años de experiencia en televisión, el golpe de estado del 23-F, los Juegos de Barcelona o el 11-S forman parte de una trayectoria que arrancó en Televisión Española, al lado de su padre, el célebre Matías Prats, y que mantiene en los informativos de Antena 3 al lado de Mónica Carrillo.
Más allá del periodismo, su vida se conduce con una discreción rayana en el misterio. Pero sí se conocen algunos detalles. Por ejemplo, sus negocios aparte de su profesión.
Además de ser la conocida imagen publicitaria de algunas firmas financieras y aseguradoras, el periodista ha realizado prósperas inversiones en una empresa fotovoltaica y en una firma de gestión inmobiliaria, según informa el portal Vanitatis.
En cuanto a su vida familiar, tiene dos hijos: Matías, periodista deportivo en Mediaset, y Marta, psicóloga especializada en recursos humanos. Su hijo, en sus inicios en la prensa deportiva, mantuvo una estrecha amistad con Sara Carbonero que podría haber convertido a su padre en el suegro de la ahora esposa de Íker Casillas.
Divorcio y una relación secreta
Maite Chacón, madre de sus dos hijos, era amiga del periodista desde la infancia y comenzaron su relación en la universidad. En 2013, Prats y Chacón se separaron y al poco tiempo el presentador inició una nueva relación con una compañera de televisión, Ruth Izcue, redactora de Antena 3.
Se ignora si en la actualidad mantienen esa relación. Tal es el silencio que el presentador impone en su vida privada, de la que apenas solo se sabe que sufrió un grave problema de salud hace cinco años, un doble desprendimiento de retina que le alejó de los platós durante un tiempo.
Llegó a temer incluso por la pérdida de la vista. Pero logró superarlo aunque sus ojos han quedado más sensibles y debe usar gafas de sol más de lo habitual. "Voy tomando una seña de identidad paterna", ha comentado más de una vez con su clásica socarronería.