Alejandro Sanz hace algo inesperado en el final más impactante de La Voz

Y llegó la gran final de La Voz, el concurso estrella de los viernes en Antena 3 que, presentado por Eva González, se transformó en uno de los mejores conciertos del año, con una constelación de estrellas cantando temas inolvidables en dúos que difícilmente se volverán a ver: Laura Pausini y Bebe; Alejandro Sanz y Pablo López; Aitana y la concursante Paula Espinosa... y memorables intervenciones de Sebastián Yartra, Antonio Orozco o Vanesa Martín.

Todo ello sirvió de guinda para una final que elevó a los cielos al ganador más inesperado: el repescado Kelly, un chaval de 26 años que hace llegó a Lérida procedente de Nigeria, sea aupó con el triunfo tras haber caído al comienzo del concurso y lograr una "segunda oportunidad" que aprovechó como nadie para hacerse con el triunfo.

Joven padre, cantante de góspel y líder de una banda de reggae muy célebre en Cataluña, Kelly impuso su aterciopelada voz para ganar a los otros tres finalistas y darle el triunfo de paso a su mentora, Laura Pausini, a quien eligió tras su repesca pese a hacer comenzado su andadura alineado con el equipo de Alejandro Sanz.

"Una historia en la que las segundas oportunidades se validan, existen y son necesarias", dijo una emocionada Eva González para destacar el mérito de Kelly, medalla de oro del espacio tras batir a Johana Polvillo en la finalísima, a la que también llegaron Curricé y Paula Espinosa, todo ellos con soberbias intervenciones de canciones muy conocidas.

El gran momento

Pero fue Alejandro Sanz, el madrileño con deje gaditano más internacional, quien protagonizó el momento más impactante de toda la velada en Antena 3 al marcarse una versión del célebre "La quiero a morir" de Manzanita, con Pablo López al piano y de segunda voz, que literalmente arrasó. Especialmente cuando se supo que era un homenaje al fallecido Pau Donés, con quien Alejandro la cantó no hace tanto en otro dúo inolvidable.

La Voz cerró así su periplo en el año más duro, el de la pandemia, la distancia social, la falta de público y las dificultades para hacer sonar la música. Pero con un esfuerzo técnico enorme de Antena 3, el programa ha brillado con fuerza.