Prisa vende la mítica Santillana en pleno debate por el futuro de El País
El Grupo sigue su reestructuración con un sinfín de movimientos económicos, accionariales y políticos con dos grandes marcas mediáticas en todas las especulaciones.
El primer directivo de Prisa, y Pedro Sánchez
Los libros de Santillana con los que han estudiado y estudiarán millones de niños españoles tendrán en adelante una autoría finlandesa. El Consejo de Administración de Prisa ha anunciado este jueves el cierre de la operación de venta de su filial Santillana Educación Global a la finlandesa Sanoma Corporation, rematando oficialmente un acuerdo que ya se vislumbraba desde septiembre.
Tal y como señala en un comunicado, esta operación supone la venta del negocio de los libros de texto de todos los tramos de la enseñanza obligatoria, donde la marca ha sido una referencia constante desde hace décadas.
Fuentes conocedoras de la operación cifran el importe de la venta entre 360 y más de 450 millones de euros y desgajan la misma de otras decisiones estratégicas que Prisa ha tomado y tomará en fechas venideras con respecto a su área de medios de comunicación.
En concreto se refieren a los planes en El País y la Cadena Ser, teóricamente en venta por una cifra que, para ser aceptada, nunca podrá ser inferior a los 300 millones de euros y gozar, según las mismas fuentes consultadas por ESdiario, de una "solvencia e imagen empresarial" compatible con la trayectoria del Grupo.
En las últimas semanas, se ha especulado con distintas operaciones, todas frustradas, con varios nombres sobre la mesa: desde el dueño de Kiss FM, Blas Herrero; hasta una opción inducida supuestamente por Florentino Pérez a través de un grupo de empresarios u otra del magnate Carlos Slim, muy ligado a la figura de Felipe González y Juan Luis Cebrián.
¿Y Moncloa?
Lo cierto es que el único cambio cierto ha sido en el liderazgo de la corporación, ahora ostentado, de manera aparentemente provisional, por Joseph Oughourlian, representante del fondo de inversión propietario del mayor paquete de acciones de Prisa.
Su ascenso, unido al relevo traumático de Javier Monzón, comporta un reequilibrio de fuerzas entre los otros dos grandes accionistas de referencia, el banco Santander y Telefónica, en beneficio aparentemente de éste y en perjuicio de Ana Botín.
La gran incógnita es el papel que Moncloa y Pedro Sánchez juegan en esta historia de hondas raíces mediáticas y políticas. Las mismas fuentes aseguran que el Gobierno, y más en concreto el ala socialista, procurará el sostenimiento de un grupo que considera estratégico para España y para su plan de actuación en todos los órdenes.
