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Ana Obregón, "Cachitos" y "2020 única función", reyes de la Nochevieja

El cierre del 2020 ha dejado momentos en televisión que serán recordados por todos tras un año muy complicado, el cual ha estado marcado por la pandemia del coronavirus.

Ana García Obregón

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Así sí. La última noche televisiva de 2020 me quedo con la pública. Sin dudarlo. Entre las emotivas campanadas en femenino plural, Los Cachitos con rótulos personificados de La Dos y 2020 única función, el maravilloso trabajo de Carlos del Amor con el que finalizaron las dos ediciones del Telediario de La Uno, la corporación pública hizo lo que se supone que debe, entretener a los espectadores para despedir 2020, el año que dejamos de vivir tantas cosas. A este entramado de éxitos se le podría haber sumado la actuación de Nacho Cano en una plaza vacía, pero creo que el verdadero bombazo hubiera sido que los hermanos enterraran el hacha de guerra y que, por una vez y sin que sirviera de precedente, Mecano (los tres) entonara en directo los acordes de La puerta del Sol.

"Estoy muy emocionada, he recibido tantas muestras de agradecimiento que quería devolver tanto amor. Quiero mandar un mensaje de esperanza a aquellas que han perdido a alguien. Esta noche cuando suenen las 12 campanadas vamos a recordares. Con responsabilidad saldremos del túnel. Por ellos, por los verdaderos héroes de este año, por los que nos han abandonado pido un aplauso que les llegue hasta el cielo. No olvidéis que siempre hay esperanza". Fue la noche de las ananadas. Anne Igartiburu de rojo, fiel a Caprile como siempre; Ana Obregón de blanco (el color del luto en Oriente), vestida por Alejandro de Miguel. Juntas dieron la bienvenida al año 21 del siglo 21. Ahí lo dejo, que igual significa algo.

La de Elorrio, sin poder abrazar a su compañera, estuvo pendiente de la Obregón, protegiéndola con su cuerpo desde la distancia, con el lenguaje no verbal, el que nunca miente y al que resulta muy complicado dominar.

Mientras, en otro de los balcones de la Puerta del Sol, Alberto Chicote (elegantísimo) tenía como compañera a la Pedroche envuelta en el edredón con el que debió pasar toda la primavera, mejor dicho, el confinamiento. Siete años lleva ya con la tontería del vestido. El caso es que le funciona. La verdad es que le funciona hasta que se despoja del sobretodo con el que suele ocultar el modelo. Una vez descubierto, los españolitos, que somos animales de costumbres, nos vamos a la cadena de toda la vida. Ella lo sabe, por eso cada vez tarda más en desvelar la sorpresa.

Con el modelo de 2020, la Pedroche rindió tributo al edredón y a la mascarilla. Nada más que añadir, bueno sí, que no entiendo esa transversalidad entre Antena 3 y La Sexta. Cristina Pardo e Iñaki López, al que le vistió su peor enemigo (por qué no decirlo, si hay zascas para ellas, también para ellos) se marcaron un cross over inexplicable. Más les valdría aunar fuerzas como el resto de las cadenas y sus hermanas pequeñas. Como La Uno y La Dos o Telecinco y Cuatro. Por cierto, me da que los datos no van a acompañar a la cadena de la margarita, por más que retransmitiera doble sesión de las campanadas desde las islas afortunadas,

La espera vespertina fue tediosa, como siempre. Jorge Javier Vázquez arrancó La ultima cena con una patética versión de La puerta del Sol acompañado por un grotesco cuerpo de baile, un batido entre los espermatozoides de Woody Allen en Todo lo que usted quería saber sobre el sexo y las burbujas de Freixenet. Ante tal bufonada y augurando la misma tropelía de Nochebuena, decidí dar un garbeo por el resto de las cadenas.

Un déjà vu. Ni un atracón de ajo se repite más que la tele en Nochevieja. Antena 3, de nuevo, dio la velada por perdida con su Hasta nunca 2020, un programa de corta y pega, todo un pastiche que repasó las chorradas del año. En Cuatro las ultimas horas del 2020 se las regalaron a su buque insignia, a la cuadrilla de frikis de First Dates.

Esas galas son tan casposas que si le quitamos el color al aparato podría ser una Nochevieja cualquiera, sin fecha, del siglo pasado

Confieso que no le pillo el punto al humor manchego de Mota, lo que no le niego es su creatividad, su crítica inteligente y su ironía. Mira que anoche le dio un repaso fino a la clase política y se marcó una versión muy particular de Cinema Paradiso, peliculón que llenó una de nuestras noches de cineforum durante el confinamiento, obra maestra con la que compartí lágrimas con mi cachorro que a sus 14 años la veía por primera vez. Desde Martes y 13 creo que no he evolucionado. Ya lo he dicho más veces, nadie como ellos para animar la última noche del año. Mota es un clásico en La Uno y la gala musical que le escolta lo es más. Anoche estuvo presentada por Flo y por Chenoa (la triunfita dio un curioso salto de cadenas de Tu cara me suena a ¡Feliz 2021!). Esas galas son tan casposas que si le quitamos el color al aparato podría ser una Nochevieja cualquiera, sin fecha, del siglo pasado.

Así las cosas, desde hace años, al terminar las campanadas, en casa nos carcajeamos viendo la edición de Nochevieja de Cachitos, espacio que considero que ha marcado un antes y después en la televisión pública. El programa musical concebido, entre otros, por Mauro Canut (hermano de Nacho Canut) ha conseguido que, desde su primera emisión en 2015, la Nochevieja de La Dos vaya subiendo en audiencia. El año pasado alcanzó un 9,5% de cuota de pantalla y sus guionistas, Antonio Vicente y Pablo González Batista, abandonaron el anonimato de la creación de rótulos. Gracias a su sagacidad transformaron un trabajo anónimo en el foco de la noticia y centro de grandes elogios en las redes sociales.

Si tuviera que escoger un solo espacio de los emitidos el 31 de diciembre de 2020 me quedaría con 2020 única función. "Vaya año. Antes de comenzar mi última función quería venir para deciros que ni en un año como este habéis sido capaces de poneros todos de acuerdo. ¿Cómo es posible que sigáis con las mismas trifulcas cuando ha pasado, cuando está pasando, lo que está pasando? Hay ocasiones que requieren de política de verdad". Coronado, metido en la piel del 2020, arranca frente al Congreso de los Diputados recriminando a los políticos la falta de acuerdo político a pesar de la situación que vive el país.

Se trata de la ultima función de un año en el que también tiene su pequeño cameo 2019, que en la piel de José Sacristán pide una entrada a Natalia de Molina para ver la última función del año.

"Soy 2020, quizá el peor año de vuestras vidas. Cuando empecé erais relativamente felices. Ni sospechabais lo que estaba por llegar. Vuestras preocupaciones eran muchas, pero muchas veces triviales. A vosotros os parecían grandes. La dimensión de una preocupación se advierte cuando llega la siguiente, y en enero esa siguiente preocupación no estaba en vuestras cabezas", comienza Coronado mientras repasa la sesión de investidura de Pedro Sánchez, los incendios de Australia y el inicio de la palabra covid-19.

Escrito y dirigido por Carlos del Amor, el reportaje repasa el año que se fue, cuenta con la presencia de actores y puede presumir de una realización para la que se han empleado ópticas propias del cine. Una pequeña obra maestra que debería tener más pases.