De El Semanal Digital a ESdiario: 20 años de periodismo riguroso y comprometido
Estamos acostumbrados a hablar de otros, pero esta vez vamos a hacerlo sobre nosotros. Ésta es la historia de 20 años de información rigurosa y valiente en Internet, la historia de ESdiario.
Dicen que el siglo XXI, como le sucedió al XX con la Primera Guerra Mundial, comenzó de verdad con el 11-S. Si eso es así, y no hay por qué negarlo, aquel acontecimiento también fue el auténtico bautismo de fuego de El Semanal Digital, pionero de este ESdiario que hoy pueden leer. Y ahora les explicaremos por qué.
El Semanal Digital comenzó su andadura en noviembre de 2000. Se trataba de una aventura emprendida por un grupo de accionistas presidido por el empresario berciano de la electricidad José María Fernández de la Mata, que puso en marcha una revista digital con periodicidad semanal dirigida por Antonio Martín Beaumont. Entre aquellos fundadores, además de los ya citados Fernández de la Mata y Beaumont, se encontraban Fernando Letamendía, José María Ruiz, Carlos García Prieto y Eduardo Arroyo.
José María Fernández de la Mata, primer presidente de El Semanal Digital.
Fue, para muchos, una decisión arriesgada, sobre todo para nuestro director, que, tras su paso por la política como presidente de Nuevas Generaciones y diputado por Palencia en Castilla y León, renunció a sus funciones en el área de Comunicación de una gran empresa multinacional para dedicarse en cuerpo y alma al recién nacido.
En aquellos meses desde el otoño de 2000 El Semanal Digital fue luchando por hacerse un hueco en el ámbito de la prensa digital, que, por entonces, era bastante reducido. Por esas fechas, los llamados -con cierta suficiencia- "digitales" eran considerados los herederos de los confidenciales impresos, con Hispanidad, de José Eulogio López, como decano desde 1996, cuando Internet era algo exótico en la España del primer Gobierno de José María Aznar.
En el año 2000 nació esta maravillosa aventura que dura ya 20 años.
Y eso que en aquel 2000 llegaron otros portales como Libertad Digital de Federico Jiménez Losantos, El Confidencial de Jesús Cacho y Periodista Digital de los hermanos Rojo, entre otros. Puede decirse, sin temor a equivocarse, que 2000 fue el año de despegue de los "nativos digitales" en nuestro país con Micanoa con Fernando Jáuregui a su cabeza, Estrella Digital de Pablo Sebastián, Iblnews de Mikel Amigot y PRNoticias de Pedro Aparicio.
Los inicios no fueron fáciles. Pero entrar en un ecosistema prácticamente salvaje nos permitió lo mejor y lo peor. Contábamos con una austeridad casi franciscana y, al mismo tiempo, todo estaba por hacer. Ganas, desde luego, no faltaban. Nos sentíamos como pioneros y, visto con perspectiva de dos décadas, lo fuimos. Los consejos de redacción, semanales, se celebraban en la cafetería del Hotel Meliá Princesa y la revista se elaboraba en un pequeño bajo ("entresuelo", como decían antes, y hacía honor por lo vetusto del edificio) del número 60 de la calle Alcántara (Madrid).
Los inicios no fueron fáciles. Nos sentíamos como pioneros, y visto con perspectiva lo fuimos
En otro hotel de esa calle, menos de un año después, con el menú del día en la mesa, vimos en el televisor del comedor cómo un avión de pasajeros se empotraba contra una de las Torres Gemelas neoyorquinas y cómo, instantes después, le seguía otro aparato. Aquel acontecimiento, que nos obligó a preparar un especial, fue algo que nos marcó profundamente en lo profesional y en lo personal.
Un número a la semana nos sabía a poco: de revista a diario
Con el paso de los meses, Beaumont tuvo claro que El Semanal Digital tenía que caminar hacia la actualización diaria. Debía ir dando los pasos necesarios para convertirse en un periódico permanente. La esencia de Internet que se abría era la instantaneidad.
En su formato de revista de análisis, El Semanal Digital aportaba artículos de fondo y entraba en materias hasta entonces inéditas en los medios de comunicación: las cuestiones más polémicas de una globalización no tan benéfica como se pintaba, la política inmigratoria, la presión del independentismo y su influencia en la gobernabilidad de España, el auge del terrorismo yihadista de nueva generación, el desarrollo del chavismo y su expansión por el arco hispanoamericano, la situación de la banda terrorista ETA o la fascinación y primeros vínculos de sectores de extrema izquierda por la ideología bolivariana fueron algunos de los temas diseccionados por nuestros analistas y que, con perspectiva, nos permiten decir que fuimos poco menos que visionarios.
Desde un principio nuestro director tuvo claro que Internet iba a ser "parte esencial de la vida de España", como dejó escrito en los inicios.
Sin embargo, nuestra ambición era competir por la información y para eso se tomó la decisión de convertir El Semanal Digital en un periódico diario. Hasta entonces, y como solución, la revista había ido sumando secciones (como el confidencial político, que pronto se convirtió en un must) y pasando de una actualización semanal a otra en varios días. Pero era necesario dar un salto más.
Otra cuestión vino a dar el impulso definitivo: los acontecimientos de Perejil. La publicación de los intríngulis sobre cómo se cocinó la operación aquel verano de 2002 para recobrar el islote rompió los récords de lectura y, como diría Luis María Anson, "colapsó la centralita" de la redacción. Federico Trillo, a la sazón ministro de Defensa entonces, fue la estrella cuyo resplandor concitaba visitantes a nuestro periódico.
Ese paso, tan necesario, de convertirnos en un "digital" diario, llegó en el otoño de ese 2002 con la decisión oficial de que El Semanal Digital pasase a ser un periódico actualizado diariamente. Un proceso en el que tuvo mucho que ver la llegada de Juan Fernando Dorrego, un veterano periodista curtido en ABC y especializado en el diseño de medios digitales, y su esposa, Angelika Knüppel, que contribuyeron a ese impulso junto a un grupo de profesionales y colaboradores que pusieron mucho esfuerzo y tesón. Unos, nuevos, y otros con algo más de experiencia, conformaron un equipo que hizo crecer al periódico a través de secciones de Política, Medios, Economía, Personajes y Personajillos, Chismógrafo, Recetas, etc. En buena medida el magacín variado que siempre ha sido nuestra esencia informativa.
Aquel curso se presentó intenso, ya que coincidió con el camino hacia la guerra en Irak (que estalló con la invasión estadounidense en marzo de 2003) y una gran movilización que provocó turbulencias en la sociedad española y en el seno del centroderecha. Precisamente la segunda legislatura de Aznar coincidió con una especialización de El Semanal Digital en los asuntos del Partido Popular. Se convirtió en la lectura diaria obligada de los expertos e interesados en conocer los derroteros de Génova 13 en una etapa fascinante: la de las tiranteces provocadas por los peculiares modos del presidente y la sucesión al frente del PP. Y ahí estuvimos en primera línea.
Con Aznar nos convertimos en la mirilla a través de la que enterarse de todas las interioridades del PP
Los atentados del 11-M supusieron un mazazo que marcó la Historia de España. Las bombas de los trenes de Madrid no sólo se cobraron la vida de casi 200 personas y afectaron a más de dos mil. También cambiaron todo lo previsto en las encuestas y enfangaron el terreno político durante años. Aquellas jornadas del 11 al 14 de marzo y sus derivadas políticas y mediáticas fueron contadas con el plus de valor añadido por El Semanal Digital, así como los inicios de una nueva legislatura en la que un personaje por el que hasta entonces nadie había apostado llegó a La Moncloa: José Luis Rodríguez Zapatero.
Un digital en constante actualización que echó raíces en cuatro años
Con la llegada del zapaterismo, El Semanal Digital vivió su consolidación como medio digital. En 2004 la prensa en Internet todavía pugnaba por abrirse camino. No todo era tan fácil como ahora y algún gurú digital de la actualidad "no veía" lo de los medios en la Red como algo serio. También había que batallar con los departamentos de Comunicación, con las instituciones y hasta con las universidades, bien para ser acreditados, bien para sortear una supuesta legitimidad profesional que intentaban dispensar gentes que llevaban décadas sin pisar una redacción. Se podría mencionar un buen número de periodistas que por entonces negaban el pan y la sal a todo lo que oliese a digital y que luego, con los años, han ido engrosando las respectivas redacciones de los medios que actúan en Internet. Pero ello no es el objeto de esta memoria.
Y, a pesar de todo, se iba haciendo camino. Cuando Zapatero durmió la primera noche en La Moncloa, El Semanal Digital ya era una referencia en Política y Medios, proporcionando información que hasta entonces era consumida de manera privada y por una minoría muy selecta. En febrero de 2003 la revista Capital, dirigida por Carlos Salas, nos situó como uno de los cinco soportes digitales de referencia para leer las "scoops más jugosas".
Éramos conscientes de cómo algunas piezas se imprimían y distribuían en los resúmenes de prensa de partidos y empresas y cómo ciertos speechwriters colaban, incluso, frases en sus discursos. Los periódicos digitales, "los confidenciales", con sus informaciones, traían nuevos aires a un periodismo demasiado acostumbrado a vivir pendiente de las noticias de agencia y de las notas de prensa de los gabinetes institucionales; y, por supuesto, iban ganando día a día mayor influencia.
Con el zapaterismo, el periódico dio un nuevo salto adelante: la actualización continua. Ya no era un medio semanal, ni siquiera diario, sino permanente. Con un cierre, sí. Pero con noticias novedosas a lo largo de toda la jornada. Los lectores ya no tenían que leerlo una vez al día sino que a lo largo de las veinticuatro horas acudían a esta casa digital para irse informando de lo que ocurría.
Carmelo López-Arias fue redactor jefe de El Semanal Digital.
De ello se encargó un estajanovista absoluto procedente del mundo de la edición, Carmelo López-Arias, en calidad de redactor jefe y que había debutado coordinando las informaciones religiosas y las reseñas literarias. De la calidad de su trabajo son muestras las llamadas de algún prelado y la cantidad de libros que inundaban la sede del diario, ubicada entonces en la madrileña calle Ferraz, a unos metros de la del PSOE. Y es que las editoriales, de todo tipo y condición, hacían todo lo posible por contar con una crítica en la sección de Libros de El Semanal Digital.
Garganta Profunda fue una sección mítica de El Semanal Digital. Nadie quería aparecer pero todos la leían con avidez
Otros, sin embargo, no estaban tan contentos con aparecer en Garganta Profunda, la sección confidencial, con temática esencialmente política, y de las más populares. En aquella etapa arrancó otra sección novedosa, Brújula de Medios, encargada por Beaumont a Manuel Ortega, que había comenzado en la etapa de revista semanal colaborando con reportajes y que se reveló como un líbero que jugó en todo tipo de campos: los medios, la crónica de ambiente, las cuestiones de Defensa e Interior, la coordinación del fin de semana… Con la Brújula de Medios se inauguró un estilo propio, que creó escuela, aunando información y opinión sobre una materia cuasi-reservada como la información sobre los interiores de los medios de comunicación.
La política, con Isabel García al frente (en realidad, la primera jefa de la sección España del periódico), seguía siendo el buque insignia. A esto se sumaron otras apuestas como Mar de Amores, escrita por Mar Yuste, sobre el corazoneo, y La Mano de Dios, de Isabel de Dios, que ofreció los salseos del mundo futbolístico y deportivo con total desenfado.
Durante mucho tiempo tuvieron asimismo un papel muy destacado, cubriendo el ámbito de las celebrities y de los medios, las informaciones de Joana Morillas y de Bárbara Yuste. También las incisivas colaboraciones económicas de Graciano Palomo, Ricardo Martín o Carmen Tomás, los asuntos tecnológicos de la mano de José Mendiola, el análisis internacional de Alberto Míguez, el confidencial deportivo de José Luis Rodríguez, las noticias económicas de Victoria Peñalver, las críticas cinematográficas de Fernando Alonso Barahona o las cuestiones políticas con Ricardo Rodríguez (asesor inquebrantable del director todos estos años, junto al llorado y recordado Germán Yanke) y Ana Isabel Martín, hoy subdirectora del periódico, recién desembarcada desde la prensa de Valladolid y que pronto le tomó el pulso a la agenda del momento en su negociado con numerosas exclusivas de alcance. Inolvidables, también, las colaboraciones estos años de Alejandra Temprano, Cecilia Rendón y Laura Méndez.
Antonio Martín Beaumont junto a la subdirectora, Ana Isabel Martín.
Borja Fadón llegó con la sección de Motor, pasando a hacerse cargo más adelante de los asuntos de marketing, comunicación y comerciales, sustituyendo a José Luis Barceló, convirtiéndose en un pilar del proyecto de futuro que iba tomando forma. Incluso contamos con una jovencísima periodista llamada Isabel Díaz Ayuso, que se fogueó en la sección de Última Hora junto a Guillermo Ortiz, que cubría, además, los eventos deportivos, y con las columnas de un entonces político del PP vasco, Santiago Abascal, que completaba un abanico ideológico que pasaba por Jorge Verstrynge, Ernesto Ladrón de Guevara o Pablo Mosquera. Y todo con la supervisión en las cuestiones técnicas del equipo de Adalid liderado por Rubén Omaña.
De nuevo bajo la Presidencia de Fernández de la Mata, que sucedió a Francisco Vime (incorporado al accionariado de la empresa unos años antes), se revitalizó la editora El Semanal Digital con la entrada del grupo de comunicación líder en Castilla y León, Edigrup, de la mano del significativo empresario José Luis Ulibarri.
Posteriormente, en 2010, se hizo cargo como consejero delegado Fernando Letamendía, con Fernández de la Mata ya como presidente fundador. Ese mismo año, Ulibarri fue sustituido por su hija Adriana como accionista y alma mater empresarial del periódico. Además, apoyamos con asesoramiento la creación de uno de los primeros digitales franceses, Critica.fr, un proyecto del hispanista Jean Chalvidant, especialista en la banda terrorista ETA, y el exitoso periódico regional El Digital de Castilla-La Mancha, a cuyo frente se puso Eusebio Cedena, que hasta entonces había realizado un excelente y escrupuloso trabajo en nuestra redacción tras su llegada de ABC.
Adriana Ulibarri, consejera delegada de Edigrup y accionista de ESdiario.
En el año 2011, los pretigiosos premios periodísticos PRNoticias nos distinguieron como Lo mejor de Internet.
No podemos olvidar nombres que nos dejaron, como los de Rafael González Rojas, exdirector del diario Ya, un apoyo constante y desinteresado desde el primer momento; Rafa Martínez-Simancas, el mejor apóstol de Casa Salvador, en el Madrid más castizo, con sus Güebguerías; o un incansable y entregado Pascual Tamburri con sus columnas, reseñas bibliográficas y editoriales, entre otros que firmaron en estas páginas digitales.
Martín Beaumont recibiendo el premio 'Lo mejor de Internet' entregado por PRNoticias.
Después de 15 años, El Semanal Digital se refundó en ESdiario
En el otoño de 2015 El Semanal Digital cumplió quince años y lo celebró con un nombre más adecuado: ESdiario. Este cambio respondía a una necesidad lógica, ya que la marca original había quedado anticuada. Durante años, numerosos lectores se preguntaban por qué un medio de actualización permanente seguía denominándose "semanal". La nueva denominación venía a paliar esa cuestión, conservando, eso sí, el acrónimo ESD.
Con ESdiario, en palabras de Beaumont, se buscaba ofrecer "información para decidir", convirtiéndose en el lema del periódico. Esta refundación se enfocó en aumentar las ventajas visuales y de navegación, potenciar las redes sociales y mejorar la usabilidad de la web, manteniendo los estándares de calidad en el análisis y la información, como demostraron las investigaciones sobre las cuentas de La Tuerka de Pablo Iglesias, en las que el medio fue pionero y a las que después se sumaron otros.
En los últimos cinco años, la familia ha crecido mucho, con la incorporación de secciones como EStvcine (con Patricia Jiménez y Carmen Flox), ESdEstilo (con Ely del Valle y Margarita García con sus recetas), EStecnología (con Arturo Yelmo y Nacho Muñoz) y deportes (con Agustín Díaz, Luis Romero, Enrique Quintanilla y Miguel Queipo) y los acuerdos con la revista Vanidad.
23 de noviembre de 2015. El día en que El Semanal Digital se convirtió en ESdiario.
Nunca olvidamos nuestras raíces, y por eso una vez que ESdiario hubo tomado cuerpo, recuperamos la marca El Semanal Digital como revista de opinión. Asumió el reto el periodista Antonio R. Naranjo, jefe de Opinión y la pluma que está detrás de la mayor parte de los editoriales de ESdiario, que se han convertido en parada obligada del viaje que los lectores hacen por el periódico.
También se incorporó a ESdiario un todoterreno de la información política, Javier Ruiz de Vergara, que había sido subdirector de Información de La Gaceta, así como varios periodistas de la cantera del Diario de Alcalá para reforzar el área informativa: Alicia Martín Villanuelas, Fernando Escudero, Pedro Pérez Hinojos y Yolanda Lorenzo.
En 2017, y ante la demanda informativa en una Comunidad Valenciana en plena ebullición con el tándem Puig & Oltra, ESdiario creó una edición en el Levante español, ESdiarioCV, con Álvaro Errazu al frente como director y un grupo de periodistas (Andrés Maestre, Héctor González, María Buquerín o Enrique Martínez, entre otros) curtidos en las mil batallas políticas de una tierra siempre vibrante.
Medios, una sección sin la que ESdiario no se entendería, adquirió un tono rejuvenecido con la incorporación de Clara Ballesteros, que acaba de celebrar su primer aniversario en la plantilla. La apuesta por la influencia y por la información más confidencial en los medios, una marca de este periódico desde hace dos décadas, se mantiene con Roberto Anguix, que ha puesto, en los últimos tiempos, sobre la pista de exclusivas como el cese de Bieito Rubido en ABC o el fichaje de Jesús Cintora por TVE. Es de resaltar además en este campo la veterana periodista especializada en estas lides Milagros Martín-Lunas, llegada desde El Confidencial y antes en El Mundo.
Chismógrafo, nuestra sección más irreverente, tiene más adictos que la cafeína
Decir Chismógrafo es decir Isabel de Dios, una auténtica chef cinco estrellas de la información del corazón. La recoge, la cocina y la sirve como nadie. Durante dos años contó con la mirada experta del televisivo periodista Saúl Ortiz. Y hace unos meses dio un estirón con la llegada de periodistas de la talla de Jesús Manuel Ruiz, Isabel Rábago y Mabel Redondo.
Por nuestras columnas de opinión han pasado veteranos de la información como Antonio Jiménez, Juan Carlos Girauta, Fernando Jáuregui, Charo Zarzalejos, Valentín Carrera, Israel García-Juez, Javier Montfort, Pedro Vicente, José Antonio Álvarez-Gundín, Francisco Mercado, Juan de Dios Colmenero, Juan Martínez, Alfonso Basallo, Luis Míguez, Óscar Martín y Carlos Dávila, así como Alfonso Merlos, Pablo Lolaso, Nacho Doral, Benjamín López, Javier López, Marcial Martelo, Miguel Ángel Moncholi, Carlos Cuesta, Vicente Gil Lázaro, Alfonso Egea, Eligio Hernández, Jesús Sánchez Martos y un largo etcétera que continúa abierto. Todos ellos, los que todavía están y los que se han ido, son parte fundamental de este periódico.
Con ESdiario TV damos el salto al mundo audiovisual
Nuestra última criatura es ESdiario TV, un ambicioso proyecto audiovisual por el que pelea un equipo joven e insaciable, que navega con ímpetu las procelosas aguas de las redes sociales, formado por María Martín, Guillermo Luna, Marta Marcos, María Luisa Soriano y Blanca Lladó. Apostamos por las entrevistas a personajes políticos de primera línea de la mano del reconocido periodista Gonzalo Bans y hemos abierto una sección de videoblogs para ofrecer la mejor información también en formato vídeo.
Recientemente se ha estrenado una sección de Tribunales a cargo de María Jamardo, que ya les ha servido las primeras exclusivas entre togas y señorías. También ha abierto una ventana en el periódico Marta Gómez Montero, gran conocedora de los entresijos políticos. Hemos fichado a la revelación tuitera del momento, Liusivaya, un soplo de aire fresco e irreverente en los tiempos que corren de corrección política. Y a un torbellino de la actualidad rosa, el reportero Kike Calleja.
Todo ello y las sorpresas que irán llegando, como parte del compromiso que adquirimos con nuestros lectores dos décadas atrás: ofrecer el mejor análisis y la mejor información; en suma, las claves, pese a quien pese, para que ustedes puedan decidir.
ESdiario: 20 años de compromiso, 20 años de información. Seguimos mirando al futuro.