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"Los hombres de Paco", nostalgia de un pasado magnificado

El regreso de la serie protagonizada por Paco Tous y Pepón Nieto lideró la noche del lunes. Sedujo a 2.691.000 espectadores y alcanzó un 19,5 % de cuota de pantalla.

"Los hombres de Paco"

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Se confirma, tirar de nostalgia funciona. El regreso de Los hombres de Paco lideró la noche del lunes. Sedujo a 2.691.000 espectadores y alcanzó un 19,5 % de cuota de pantalla. Los Supervivientes 2021 se tuvieron que conformar con la medalla de plata del día. El reality del hambre logró un 16,7% de share, lo que significa que sedujo a 2.141.000 de seguidores.

Nos gusta recordar épocas que, aunque las sintamos como maravillosas, probablemente no lo fueran tanto como nuestra memoria nos hace creer. La nostalgia es un negocio redondo. El óxido del tiempo nos empuja a gastar dinero en discos, películas, historias que nos acercan a ese pasado con el que fantaseamos. Brujulear por todo aquello que nos recuerde que cualquier tiempo pasado fue mejor, tiene asegurado un tanto por ciento de la venta, de la expectación. Bien lo saben los responsables de la industria del cine y la televisión que llevan tiempo rescatando del baúl de los recuerdos series que antaño nos tocaron el alma, por el motivo que fuera. Sexo en Nueva York, Friends (con el debido respeto a la pandemia), Física o Química, El internado… La lista sería infinita. Ya lo dijo el maestro García Márquez, "la nostalgia, como siempre, había borrado los malos recuerdos y magnificado los buenos".

Tras el anuncio del regreso de Los hombres de Paco a la televisión, andaba la audiencia inquieta, loca por volver a pasar un buen rato con las peripecias de este grupo de policías atípico que rezuma afabilidad, torpeza, ineptitud, una pizca de mala suerte, cierto grado de carisma y un punto de fortuna a la hora de desliar el caos y la intriga. Embrollos que, muchas veces, han creado ellos mismos.

¿Qué habrá sido de Los hombres de Paco diez años después de su inaudito adiós? Inaudito por anárquico, no por inesperado. La audiencia les recibió en 2005 con interés, loas y aplausos, la misma que les fue dando la espalda y cinco años después se aburrió de las pacadas. Lo cierto es que Los hombres de Paco pasaron de una media del 20% de cuota de pantalla al 11,4% de su despedida.

La noche del pasado lunes la nostalgia hizo su trabajo. Andaba el respetable mirando por el retrovisor de su vida, removiendo el paraíso perfecto de la memoria, relativizando el presente (que por cierto no secunda al optimismo), remando tan a favor que más de dos millones de almas esperaron pacientemente hasta las 11 de la noche para ver el primer capítulo de la décima temporada de Los hombres de Paco- El que quiera ver los siguientes, ya sabe, se estrenarán en la plataforma Atresplayer Premium cada domingo o deberá tirar de paciencia. Ya llegarán al mundo en abierto. Prime time le llaman, cuando deberían llamarlo pre-late-time. No es de recibo señores, la gente madruga y estos horarios se los deberían de hacer mirar. Esto va por todas las cadenas, Luego, cuando tiremos de autoprogramación llegarán los lamentos. Pero esta es otra historia.

Regresemos al renacer de Los hombres de Paco (lo que los todologos han bautizado como reboot). A ellos, como a nosotros, también les han pasado 10 años por encima. Como una apisonadora. Diez años en los que la tecnología ha calado en sus vidas, unas veces para mejorarla y otras para complicarla. Fieles a la esencia de la historia ideada por Daniel Ecija y Alex Pina, las aventuras protagonizadas por Paco y Mariano continúan intactas. Paco Tous y Pepón Nieto forma un dúo quijotesco que bebe del aroma de parejas cómicas eternizadas por la comedia española de los años 60 y 70. Ambos son herederos del ozorismo, de las carcajadas baturras provocadas por Paco Martínez Soria y, sobre todo, del landismo, un fenómeno sociológico que arrasó en una época que abandonaba el blanco y negro para aferrarse al color de una nueva vida. Entonces la gente quería divertirse, olvidarse de los problemas y lo conseguía durante dos horas viendo al actor navarro haciendo cuatro payasadas de las suyas. Hoy, quizá por otros motivos, también necesitamos reírnos, de lo que sea, pero reírnos más.

Transpira esta nueva etapa también sabor a spaguetti western. Los planos, la banda sonora, la factura. Todo recuerda a las películas de Sergio Leone. Si hay algún acierto en este revival es el haber recuperado a sus protagonistas, un grupo homogéneo, inteligentemente entrecruzado. La nueva etapa recobra a unos en mayor medida y a otros con apariciones estelares. Lo importante es que están y esa es su mayor victoria. Cada uno en soledad y todos juntos conforman un equipo de actorazos, capaces de hacer creíble hasta el lance más insospechado.

Algunos de los personajes han mejorado profesionalmente, otros andan desperdigados, perdidos. Además suma esta nueva etapa otros nuevos que, de momento, en el primero capítulo ni han aparecido. Entre ellos destaca el regreso a la televisión de Amparo Larrañaga después de muchos años entregada a las tablas. Como ella dice, regresa por culpa de la pandemia y el forzoso parón teatral que ha provocado. La oferta televisiva parece que le llegó en el momento adecuado. Eso sí, los que quieran verla deberán cruzar al streaming.

Los hombres de Paco perduran gracias a la nostalgia, su éxito se asienta en esta palabra que deriva del griego nostos (hogar) y algos (dolor), un término creado a finales del siglo XVII por un médico suizo con la intención de describir el estado de ánimo de los soldados que luchaban fuera del país. La nostalgia, la añoranza, la melancolía, la morriña es lo más parecido al anhelo por una juventud que recordamos como maravillosa. Ahí radica éxito de Los hombres de Paco.

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