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Ángeles Blanco revela los dos peores tragos que ha pasado ante las cámaras

La ya veterana presentadora de las noticias de Telecinco, desde donde rivaliza con su pareja Vicente Vallés, ha revisado sus casi 30 años en Telecinco, con dos momentos que le marcaron.

Ángeles Blanco

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Ángeles Blanco es uno de los rostros más conocidos de Telecinco, donde empezó con apenas veinte años y donde continúa haciendo gala de su profesionalidad en los informativos, bien como periodista de a pie o como presentadora los fines de semana. Prácticamente todos los tramos horarios y puestos informativos ha ocupado la periodista extremeña en los cerca de 30 años que lleva en la cadena de Fuencarral. Un tiempo en el que ha tenido toda clase de experiencias, algunas muy duras."Fue Luis Mariñas quien me dijo: ¡vas a presentar! Yo tenía 20 años. De esa generación me encantaban María Escario y Olga Viza, y qué te voy a decir de Miguel Ángel Aguilar, con una ironía que no todos comprendían", cuenta Blanco de sus comienzos en Telecinco en 1993, tras bregarse primero de reportera en la calle, en una entrevista para Diez Minutos.

La periodista ha estado al lado de los mejores en Mediaset. Además del citado Mariñas, Vicente Vallés, quien años después se convertiría en su pareja y rival en la pequeña pantalla, y con el que tiene un hijo; el también mencionado Miguel Ángel Aguilar; Juan Pedro Valentín y actualmente José Ribagorda.

Años de experiencia en los que ha vivido a fondo la experiencia de trasladar la información al público y en la que quiere seguir implicada, a pesar de haberse iniciado también como escritora, siendo su último libro Los dos viajes de Evita. "Soy culo inquieto y no renuncio a nada, pero ahora los informativos tienen formatos diferentes y los hay de todos los estilos".

Pero estar en primera línea informativo también le ha hecho vivir momentos duros. De uno el recuerdo aún le duele. "Hay un momento terrible, el 11 M, porque toda mi familia vive en Torrejón de Ardoz, y conocía a muchas de las personas que cogían ese tren cada mañana, entre otros mi hermano, que casualmente cogió ese día el autobús. En ese tren iba gente que yo conocía", cuenta, y añade lo siguiente: "A mí me tocó ir a Ifema, donde llevaron los cadáveres, y allí me encontré con una amiga que estaba reconociendo a su prima, y después tuve que ir a un tanatorio donde estaba una amiga nuestra… Recuerdo que cuando terminé de informar me senté en el suelo y me eché a llorar".

La pandemia también le ha puesto a prueba. Y de sus inicios también hay un momento en el que le pudo la pena: "Al poco de confinarnos y en plena pandemia, fue el cumpleaños de mi padre al que no podía ver, pero al que pude felicitar a través de las cámaras, y rompí a llorar. Son momentos muy duros porque tampoco puedes expresar lo que sientes y tienes que contenerte por respeto a quienes te están viendo".