"Mask Singer" se marca un triple con José Manuel Calderón
Con el casting de esta edición de "Mask Singer" solo nos queda tirar de paciencia, esperar otro miércoles de sorpresa y aguardar a que se descubra la siguiente máscara.
"Muy perdidos, os he visto muy perdidos". Fueron las primeras palabras de José Manuel Calderón tras desvelar que era él el que estaba debajo de la máscara del perro más rockero de Mask Singer. "Es normal que estuvierais perdidos, yo no me hubiera reconocido. Es lo contrario a lo que hago siempre, pero ha sido muy divertido", añadió. Para José Mota lo de ayer fue "el misterio más grande que ha pasado por el programa".
Cierto es que las pistas fueron de lo más eclécticas. Una bola del billar con el numero 8, el dorsal que ha vestido durante su trayectoria profesional. ¡Pues no había que hilar fino! Con la imagen de la nochevieja de 1998 ajustó todavía más. "No iba por ahí. Era el 98% de tiros libres. Era un récord". Le deben gustar los jeroglíficos a este jugador de baloncesto internacional porque también explicó que el 20-06-2006, hacía referencia a la fecha en la que el equipo español ganó el campeonato del mundo en Japón. Su equilibrio con la bandeja confesó que era un homenaje al fallecido locutor deportivo Andrés Montes. El rey de los motes le bautizó hace años como Mr. Catering. Muy sutil todo. Más que nada porque a careta descubierta todo resulta más fácil. Por si acaso, para siguientes ediciones les recuerdo que para Andrés Montes Gasol era E.T. y Carbajosa, Multiusos. Ahí lo dejo.
"Lo sabía", gritaba Paz Vega desesperada. Perdona bonita, pero tú no sabías nada. Aquí la única que se acercó fue Ana Obregón que, siendo investigadora invitada, entre sus apuestas dio la clave… Aunque se equivocó de máscara. "Hacedme caso que he salido durante cuatro años con un jugador de baloncesto. Sé cómo se mueven", decía refiriéndose al Cocodrilo.
Lo de la audiencia ya es harina de otro costal. La batalla entre los de Honduras y Mask Singer sigue en manos de Mediaset. A pesar de los pesares, a pesar de que personalmente en casa los miércoles sean para Mask Singer, a pesar de titulares con los que me he topado esta mañana en los que negro sobre blanco he leído cosas como: Mask Singer se alza a un 15,5% y recorta distancias con Supervivientes (22,7%), que lidera o Supervivientes lidera la noche a la baja y Mask Singer experimenta una ligera subida. Sí, una ligera subida de cuota de pantalla de 0,3 puntos. Seamos serios. Los robinsones han ido a torpedear el programa y lo han conseguido. A reclamar al maestro armero. Aquí sobran anuncios y lo que se emite por delante.
¡Menudo triple que metió anoche el campeón del mundo y medallista olímpico!
Lo cierto es que desde casa se veía venir. Esas piernas interminables y, como no, su altura, se convertían en la mejor pista. Ahora bien, vete tú a saber de qué jugador de baloncesto se trataba. Desde el otro lado de la pantalla se percibía con claridad. Cuando el perro se acercaba a Arturo Valls, el presentador se quedaba a la altura de sus hombros. En Mask Singer resulta primordial fijarse en los hombros, lo único real del disfraz. El resto es abstracción pura.
El paso de Calderón por "Mask Singer"
A Calderón le regalaron un personaje que se supone estaba en las antípodas de su carácter. Un perro rockero, el más chulo de la banda; un perro mil leches al que, con la impunidad que otorga el camuflaje, Calderón le imprimió cierto grado de altanería en sus movimientos pre-actuación. Lo de cantar y bailar ya es otra cosa. En su primera aparición interpretó una versión muy particular del Happy de Pharrell Williams. Tuvo cierto pase tonal y, según Ambrossi, "un perreo vintage", que fue algo así como decirle "chato te mueves con cierto regusto añejo"; la última, su Bailando de Enrique Iglesias (afinado y con varios tonos más bajos respecto al original), parece que a la mitad de los Javis le convenció más porque su movimiento de caderas le pareció "increíble".
Los investigadores tenían claro que era un deportista. Decidme algo que no sepa. Con esas piernazas semejantes a las cinceladas por Miguel Ángel en la Capilla Sixtina no había que ser muy listo. Ambrossi apostó por Fernando Torres, Nuria Roca se decantó por Guti, Mota estaba convencido de que era Jorge Fernández, Calvo supuso que bajo la máscara canina se escondía Chimo Bayo y Paz Vega señaló a Miguel Ángel Silvestre.
Mar Flores, segundo famoso desenmascarado
La segunda desenmascarada de la noche fue Mar Flores. La modelo, que se escondía debajo del disfraz de Flamenco, la lio parda en las redes. Unos sabíamos quien era, otros no tenían ni idea (mi cachorro que se quedó frío). "¿Quién es?", me preguntaba atónito al ver la coleta castaña. Confieso que ambos estábamos esperando ver la media melena rubia que luce Susanna Griso. Esa altura, ese porte, esos andares tal naturales a pesar de los taconazos, el fuet… Yo estaba convencida.
Por lo visto la misma conversación que mantuvimos en casa, se estaba reproduciendo en las redes. Unos se quedaron fríos; otros, gracias a la cultura del papel couché, conocían la trayectoria de la modelo. Asuntos del salto generacional. Hubo un tiempo, no muy lejano, en el que las revistas del corazón no estaban fagocitadas por los personajes de Mediaset, hubo un tiempo en el que el corazón destilaba glamour, clase estilo de verdad.
Ya lo dijo la modelo, su nombre está lleno de agua. "Soy muy poco común, donde esté un pijama de hombre que se quite cualquier pluma para dormir. Eso sí que es sexy. Ver un flamenco volando es otra rareza mía, solo escuchar rock mis alitas se despegan solas, especialmente en los conciertos de los Rolling. No me pierdo ni uno, larga vida a las satánicas majestades. Adoro las causas benéficas y ahí coincido con mis amigos más famosos".
Genio y figura, Mar Flores sedujo a los investigadores con su versión de Alaska y su alergia a los dramas y, en su segunda actuación con sus gráciles movimientos al son de los acordes de Sweet dreams de Eurythmics.
Con el casting de esta edición de Mask Singer solo nos queda tirar de paciencia, esperar otro miércoles de sorpresa y aguardar a que se descubra la siguiente máscara. No vale tirar de Twitter, no vale tirar de redes, ni de nada. Las pistas no las entiende nadie… Bueno, igual sí, Oscardamus Castellanos.