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'Todo es Verdad' revela otro escándalo sexual del obispo de Solsona

El programa de Risto Mejide en las noches de Cuatro, 'Todo es verdad' ha contado con sorprendentes testimonios acerca de las prácticas del obispo emérito de Solsona.

Risto Mejide en 'Todo es verdad'

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L. F.

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'Todo es Verdad' ha tratado otro escándalo sexual del Obispo de Solsona, el programa presentado por Risto Mejide ha contado con el testimonio en exclusiva de Magdalena, una exprostituta trans. Los testimonios contra Xavier Novell se suceden, pero como el mismo Mejide apuntó: "Son testimonios, es tu palabra contra la mía".Pero en concreto este de Magdalena llama la atención porque el obispo promulgaba en contra de la homosexualidad. "Mientras el obispo emérito de Solsona promulgaba que la homosexualidad, presuntamente, lo consideraba una enfermedad que se podía revertir o "curar", resulta que él mismo podría no estar predicando justamente con el ejemplo", decía Risto para dar paso a las declaraciones de Magdalena, que prefirió no dar su nombre real.

"Yo era una trabajadora sexual en ese momento, él me llamó para pedir mis servicios y se pegaba conmigo unas dos, tres o cuatro horas", aseguraba la testigo. Que añadía que cobraba lo mismo que otras compañeras por los mismos servicios a Novell y que intuía que no era la primera vez que contrataba este servicio específico.

"Me doy cuenta cuando una persona está por primera vez y él venía enseñado. Él era abierto y me dio a entender que quería que participara con él en prácticas sexuales de grupo (…) Pero yo le dije que nunca había estado con más de dos hombres", relata Magdalena.

Testigo de las cenas Alpha

El programa también ha contado con el testimonio de Nuria, otra víctima que acudía a las conocidas como 'cenas Alpha'. "En Solsona hay una secta muy grande y poderosa" y "Novell es el que dirige todo el cotarro", comienza contando la testigo con voz distorsionada y nuevamente nombre falso. Ella acudió al obispo para buscar consuelo espiritual y se encontró algo que ella misma califica como "secta".

Todo comenzó cuando Nuria recibió ayuda para pagar el alquiler a cambio de acudir a esas cenas. "Me vi obligada a ir para recibir esa ayuda", explicaba la testigo. En la cena las mesas eran de cinco personas y siempre con un miembro de la iglesia "que dirigía a las víctimas". Después, cada mesa se iba "a una sala" en la que analizaban psicológicamente a las personas.

"Te tumbaban en el suelo y hacían rituales (…) La persona que estaba tumbada empezaba a dar brincos como si estuviera poseído", aseguraba Nuria. La experiencia fue tan traumática. "Cogí tal pánico que decidí no volver, ni con ayuda ni sin ayuda", sentenciaba la testigo.

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