Nacho Abad abre una brecha en la investigación del caso Marta del Castillo
Gracias a su pulcro trabajo para la serie de Netflix, el Juzgado de Instrucción número 4 de Sevilla investiga la geolocalización de los móviles de todos los implicados.
A veces, solo a veces, leo, escucho o veo trabajos informativos que me reconcilian con la profesión. ¿Dónde está Marta?, la miniserie documental producida por Nacho Abad que emite Netflix desde el pasado 5 de noviembre, me ha recordado por qué decidí ser periodista. El periodismo es una maravillosa escuela de vida y cuando el veneno de la información corre por tus venas, no hay nada que hacer, estás perdido. A Nacho Abad le caló tanto el caso de Marta del Castillo que no ha parado hasta firmar un trabajo tan exhaustivo que, incluso, podría dar un vuelco a la investigación.
Que el periodismo está en crisis, nadie lo duda. Que nos hemos convertido en aporreadores de teclas, en reporteros de mesa, teléfono y ratón lo demuestran casos como el de Manel Monteagudo, el poeta que supuestamente estuvo 35 años en coma. Una extraña historia de la que muchos y grandes medios se han hecho eco dando por ciertas sus declaraciones, sin contrastar datos, sin hablar con los hospitales y, lo que es peor, sin preguntarse por qué si el tipo se despertó del coma con 58 años, siete años después ya es abuelo por partida doble de sus dos hijas que tienen 37 y 26 años.
Decía el maestro Albert Camus que "lo importante no es ser el primero, es ser el mejor". Últimamente en esta profesión hemos perdido el Oremus, como dice Juan Carlos Laviana, otro maestro del periodismo (por lo menos para mí), nos hemos infantilizado. Vaya que si nos hemos infantilizado. Lo cierto es que a veces surgen historias que me recuerdan por qué no tiro la toalla. ¿Dónde está Marta? es una de ellas.
"El periodismo debe ser una piedra en el estanque, que alcanza poca superficie de agua, pero produce interminables ondas expansivas", crecí profesionalmente escuchando esto. Si alguien ha conseguido ser una piedra incómoda ese es Nacho Abad con su trabajo como productor de ¿Dónde está Marta?
El origen del caso de Marta del Castillo
Han pasado 12 años desde que Marta del Castillo saliera de su casa una tarde para hablar con su exnovio, Miguel Carcaño. Jamás regresó. "Todas las noches dejo la luz de la cocina encendida para que sepa dónde está su casa", confiesa su padre, Antonio del Castillo, en uno de los capítulos del documental.
Él es consciente de que Marta no regresará viva, solo aspira a recuperar sus restos, "que no esté tirada en cualquier recodo". No se me ocurre mayor tortura. Si perder un hijo ya es antinatura, no saber donde está se me antoja desgarrador.
Miguel Carcaño, Francisco Javier Delgado, Samuel Benítez, El Cuco... todos han tomado el pelo a la justicia
La familia de Marta lleva 12 años pidiendo justicia, soportando juicios diferentes y, lo que es más cruel, escuchando hasta siete versiones diferentes de los hechos. La mayoría contradictorias. Miguel Carcaño, Francisco Javier Delgado, Samuel Benítez, El Cuco... todos han tomado el pelo a la justicia. Cada uno ha ofrecido la versión que le ha convenido al declarar sobre los hechos de aquel funesto 24 de enero de 2009.
El trabajo periodístico Nacho Abad
Sostiene Abad que en ningún caso pretendía "hacer el trabajo de los investigadores sino contar la historia de Marta". El caso es que gracias a su trabajo periodístico puede que se haya abierto una brecha en esta historia que recuerda a la España negra, aquella de las portadas de El Caso.
De las siete declaraciones diferentes de Miguel Carcaño, Abad se cree la última. Esa en la confiesa que fue su hermano mayor quien mató a Marta. "Miguel se enfrenta a su hermano, Francisco Javier, porque había dejado la cuenta a cero, lo que suponía no poder pagar la hipoteca. Cuenta que Marta se metió en medio de la bronca y el hermano la mató", explica.
Nacho Abad y su equipo tiran de ese hilo que la investigación subestimó en su día y se topan con una estafa inmobiliaria (ya prescrita) que encaja perfectamente con esa séptima declaración. Para colmo, gracias a la investigación, los espectadores descubrimos que la Policía y los forenses no tuvieron en cuenta la geolocalización de los teléfonos móviles. Algo que en 2009 era absolutamente posible y seguro que habría esclarecido dónde estaba cada uno de los actores (por llamarlos de algún modo) de esta tragedia. Por no hablar de las 48 horas primeras horas de la desaparición. ¿Qué hubiera pasado si la Policía se hubiera movilizado? Nunca lo sabremos. A Marta del Castillo le debemos, como sociedad, que las desapariciones de menores se investiguen en el mismo instante en el que se ponga la denuncia.
La miniserie documental pivota con elegancia entre todos los protagonistas de esta historia cerrada para la Justicia e incompleta para la sociedad y la familia. Nos topamos con grabaciones inéditas. La entrevista con el hermano mayor de Carcaño provoca escalofríos. Escuchamos llamadas telefónicas de los implicados, de sus familiares, atendemos a los padres, a la hermana y a los amigos de Marta. Sin morbo, sin ficción, sin recreaciones escabrosas de los hechos. Bastante duro resulta acceder a las declaraciones de los autores en el lugar de los hechos, en la casa de León XIII.
¿Dónde está Marta? rezuma respeto, se deja ver con avidez. Como muestra valga este ejemplo. Empecé la serie sola un sábado por la mañana, acompañada por dos adolescentes de 15 años pegados a su móvil cual extensión del brazo. Terminamos los tres pegados a la pantalla. Ella fue la primera que abandonó el dispositivo. Se me acurrucó atenta, absolutamente seducida por lo que estaba escuchando mientras jugaba con su dispositivo. "Esto es muy interesante y está muy bien contado", me decía. Al vernos tan concentradas, él también apagó el móvil. Se pegó al otro lado. Así nos bebimos la serie, los tres juntos sin pestañear. Se nos hizo corta, muy corta.
¿Dónde está Marta? es el resultado de más de un año y medio de trabajo de investigación periodística. La serie finaliza con cierta luz al final del túnel.
Gracias al trabajo del equipo "el Juzgado de Instrucción número 4 de Sevilla ha entregado a un perito judicial una serie de pruebas para analizar. Entre ellas está el teléfono móvil de Miguel Carcaño. El juez ha requerido a todas las compañías telefónicas los datos crudos de los teléfonos de los implicados: Miguel Carcaño, Francisco Javier Delgado, Samuel Benítez, María García Mendaro y El Cuco".
¿Y si la geolocalización de estos dispositivos desvela por fin cuál de las siete declaraciones es la correcta? Sea como fuere, al final, lo único que quiere su familia es saber ¿dónde está Marta?