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El palo tremendo de Jorge Sanz a Pedro Almodóvar: "Rompe a los actores"

El actor se sinceró con Alberto Chicote y de su carrera como actor desveló su agrio desencuentro con el cineasta manchego en el rodaje de 'Carne trémula', donde duró solo una semana.

Jorge Sanz y Alberto Chicote

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La hija con la que se reencontró a los 18 años, el infarto que sufrió por los excesos de años "en los que no quería perderme ninguna fiesta", la cadena de ruinas económicas y altibajos profesionales... Jorge Sanz se abrió como nunca en su paseo con Alberto Chicote en el programa 'Fuera del mapa' en La Sexta. Y entre sus confesiones sobre su vida de actor llamó la atención su 'ajuste de cuentas' con Pedro Almodóvar.

Recorriendo rincones idílicos de la Costa Brava, Sanz le contó al chef que fue su fotogenia, su desparpajo y su buen llorar lo que le abrieron las puertas del cine. El actor comenzó a trabajar con ocho años, una edad a la que probablemente no era consciente de la importancia que tenía Fernando Fernán Gómez, con quien trabajaba en las películas: "La primera película que hice con él fue con 14 o 15 años", aseguró, desvelando cómo el actor se enfadó con él "porque hablaba como un chaval".

Y confesó también haber dicho 'no' a algunos trabajos, como a la película de Pedro Almodóvar '¿Qué he hecho yo para merecer esto?', en 1984, que tenía a Carmen Maura y Ángel de Andrés como protagonistas. A pesar de ello, años más tarde hizo con él la película "más rentable" de su vida, 'Carne trémula', en 1997: "A la semana ya me había puesto de patitas en la calle", contó. Liberto Rabal le sustituyó en la película que protagonizaban Javier Bardem y Francesca Neri.

A pesar de que Almodóvar le echase de su película, Sanz reconoció que le pagó y con ese dinero le compró una casa a sus padres "y pasamos los mejores años de nuestra vida".

Chicote le preguntó por qué Almodóvar tomó esa decisión y el actor admitió sin rodeos que él fue "un poco gallito, muy soberbio". Pero igualmente apuntó que no le gusta cómo trabaja el director de 'Madres paralelas': "Pedro rompe al actor y los actores somos muy frágiles".

Ahondó luego y contó que el manchego tiene un método para dirigir a los actores muy puntilloso y perfeccionista, a base de correcciones repeticiones que puede llegar a resultar frustrante y un punto humillante: "Cuando te obliga a repetir cuarenta veces cómo hay que pedir un café, llega un momento en que te cansas. Y eso es lo que me pasó a mí, como muchos que acaban hasta los huevos de él. Y le mandé a tomar por culo. "Haber llamado a Juan Diego Botto", le dije", reconoció abiertamente.