Carmen Thyssen desvela cómo consiguió un cuadro de 150 millones de euros
La baronesa cuenta cómo un cuadro de Gauguin se ha convertido en una de sus mejores adquisiciones y cómo está pasó a formar parte de su colección privada
Carmen Thyssen (Atresmedia)
Recientemente, el Ministerio de Cultura del Gobierno de España ha llegado a un acuerdo con la baronesa Thyssen para que parte de su colección de obras de arte privadas pase a formar parte de la colección pública del Museo Thyssen en Madrid. Un acuerdo por el que el Gobierno otorgará a la baronesa 6,5 millones de euros, para que cualquiera pueda disfrutar de estas obras.
Entre los cuadros más destacados, está un Gauguin titulado “Mata mua”, valorado en 150 millones de euros. Una obra que no siempre formó parte de la pinacoteca de la baronesa. Precisamente en una entrevista en La sexta noche, Boris Izaguirre charló con Carmen Thyssen sobre este cuadro, desvelando su origen, por cuántas manos ha pasado ya y cómo finalmente acabó en su colección.
Un cuadro que Hans Heinrich von Thyssen-Bornemisza, marido de Carmen y que recibía el nombre de "Jaime" entre la familia, tuvo que comprar hasta en tres ocasiones. Y ahora, la baronesa Thyssen desvela los motivos por los que se les ha “escapado” tantas veces esta joya del arte. “En Londres exhibían los cuadres que iban a ser subastados y nos encontramos con Jaime Ortiz-Patiño, que era amigo de mi marido. Y le dijo, oye Jaime, ¿Por qué vamos a luchar tu y yo contra los cuadros?”.
Y es que, ante la sospecha de que el precio se podía inflar, decidieron hacer algo más inteligente, aprovechando que eran amigos. “No podemos. Somos amigos. Tú vas a pujar hasta el final. Yo voy a pujar hasta el final. Es una tontería. Comprémoslo juntos”, algo que finalmente ocurrió
“Vamos a comprarlo juntos”, pactaron. Y así fue. Un año el cuadro estaba en casa del barón Thyssen y al año siguiente en la de Jaime Ortiz-Patiño. Hasta que un día, este último decidió no devolverla. “Ya no me dedico al coleccionismo. Te lo quiero vender, Jaime”. Algo a lo que el barón se negó, diciendo que para saber cuál era el precio justo de la obra, debía pasar primero por subasta.
En subasta subió ocho veces su precio en solo un año. Un valor que adquirió por formar parte d ella colección Thyssen. “Yo adquirí de los herederos (el cuadro), le pagué a ello todos”, algo por lo que, asegura, ahora España tiene el cuadro. Y eso es, entre otras, por motivaciones personales, para que el marido de Carmen Thyssen tuviese su propio museo nacional.