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Susi Caramelo confiesa a Broncano la "depresión heavy" que tuvo y cómo la superó

La reportera de Movistar Plus ha querido compartir con los espectadores de "La Resistencia" uno de los momentos más difíciles de su vida y cómo logró salir adelante.

Susi Caramelo

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Susi Caramelo ha sido la última invitada a La Resistencia, donde ha promocionado Rojo Caramelo, su nuevo programa en Movistar Plus. "Vuelvo a los photocalls para liarla", le confesó la cómica David Broncano. Un espacio en el que ejerce de nuevo de reportera dicharachera y con el que acudirá a los Óscar a pesar de que ha asegurado no saber nada de inglés.

Un entrevista en la que la cómica también habló de temas personales, como que vive en una buhardilla de 20 metros a pesar de que ahora le va bien económicamente. Además, también contó que pasó por una depresión cuando llegó a Madrid. "Empecé con 21 años a hacer monólogos. Estuve en Barcelona, me juntaba con cómicos, pero no daba el paso de subirme al escenario hasta que con 28 me viene a Madrid", contó Susi.

Fue en ese momento cuando la ahora reportera atravesó por un momento complicado. "Tuve una depresión muy heavy, asquerosa, y luego empecé a vivir otra vez. Me ayudó muchísimo subirme a los escenarios", aseguró, así como seguir una pauta médica. "Volví a ser yo. Tardaron un año y medio en convencerme porque me daba mal rollo medicarme, pero la tomé y volví a mi ser", confesó.

Broncano le echa una mano a Susi Caramelo

Respecto al hecho de que vive en un piso muy pequeño, Broncano quiso ayudar a la reportera a intentar encontrar un piso mejor. "¿Has visto las casa estas que el dueño o la dueña es un abuelo o una abuela y lo ponen ya a la venta?", le preguntó el presentador. "¿Y lo compras ya con la abuela dentro?", dijo entre risas Susi.

"Busca un piso en nuda propiedad y tienes que esperar a que el yayo o la yaya, Dios no lo quiera, se muera", comentó Broncano. Dicho esto, no dudó en mostrarle a la invitada algunas de las opciones que aparecían en webs de venta de pisos. Sin embargo, algunas de estas no terminaron de convencer a Susi ya que sus actuales inquilinos seguían siendo bastante jóvenes (65 años), por lo que tendría que esperar "demasiados" años para poder disfrutar de la vivienda.