Gervasio Deferr narra el abismo de drogas y excesos que vivió como gimnasta
El campeón olímpico se ha abierto en La Sexta para contar por primera vez cómo fue su etapa de deportista rodeado de alcohol, cocaína, pastillas y problemas de salud mental
A Gervasio Deferr la mayoría de los españoles lo conocen por dos motivos: por ser un campeón olímpico que llevó la bandera nacional a lo más alto del mundo deportivo y por haber dado positivo en un control de drogas. En concreto, cannabis. Un positivo que cambió para siempre su carrera profesional.
Ha guardado silencio durante muchos años, pero este domingo, Jordi Évole se ha sentado con el deportista para que se desahogase. Para que contase todo lo que se ha estado guardando estos años. Visiblemente desmejorado con respecto a su "época dorada", con menos masa muscular y con un físico que a muchos ha sorprendido, Deferr ha ido recorriendo su trayectoria. Sus luces y sus sombras.
La mayoría de ellas las ha podido reflejar en su nuevo libro autobiográfico. Ahí cuenta, como en la entrevista, que ahora es entrenador en un gimnasio. Un lugar donde se siente cómodo. "Cuando hay una mínima mejora, siempre les digo que está bien", asegura, refiriéndose a sus alumnos. "Yo he sido un personaje hasta que me retiré, y encontrar la persona que soy hoy en día, me ha costado. Y creo que la gente se merece que me conozca”.
Deferr siempre se ha considerado así, bueno. Un poco arrogante en ocasiones, como él mismo reconoce, pero bueno al fin y al cabo. "Os van a doler las manos de aplaudirme. Yo era 'muy flipao’", ha asegurado a Évole, al mismo tiempo que desarrollaba cuáles eran los pensamientos antes y después de terminar un ejercicio olímpico: "Cuando estoy en el aire, ya lo sé: cojo el suelo, me giro y ya sé que es una nota del ‘copón’”.
Pero esta historia de triunfo deportivo, en la que Deferr logró tres medallas olímpicas, dos de ellas de oro, tiene un declive: "A mi se me va la olla y me creo Dios. Me convierto un poco en gilipollas. El mismo día, el 25 de septiembre un año después en 2001, entro en quirófano. En diciembre me operan del segundo hombro y me tiro meses viviendo en mi casa sin hacer nada, porque soy Gervasio Deferr y me creo la leche. Es ahí cuando empiezo a fumar (porros) con mis hermanos y demás…”.
Y todo termino de torcerse cuando dio positivo en un control sorpresa por fumar marihuana. "Ahí es cuando se me cayó todo. Todos me señalan”. Ese control antidroga, según Deferr, fue filtrado a la prensa por la Federación Española de Gimnasia. No sabe quién exactamente, aunque tiene sus teorías. "Pensé: 'que os den por culo' y me fui a mi casa a fumarme un porro. Después no volví a tener un patrocinio. Jamás. Ni en los dos Juegos posteriores con las medallas”.
"Me he comido mucho todo y cuando he explotado, lo he hecho mal. Tengo dos meses muy malos, salgo de fiesta mucho y como tenía dos 'after' de fiesta... El alcohol casi me destroza la vida”. Y es que, aunque hubo un patrón de los excesos de dos años en los que logró una plata olímpica, Deferr siguió consumiendo todo tipo de drogas. Hasta pensó en suicidarse. Pero, afortunadamente se desintoxicó. Aunque, como él mismo reconoce, “nunca dejas de ser un adicto”.