Ana Morgade, "obligada" a cambiar de casa por este desagradable motivo
La presentadora y humorista ha tenido que dejar su hogar por culpa de un acosador que “alteraba gravemente” su vida cotidiana
La fama tiene muchas cosas buenas, como la influencia, el cariño de una parte de la sociedad o incluso el “glamour”. Pero, en ocasiones, tiene otra cara, amarga y oscura. Y esa es la que ha experimentado la presentadora de Europa FM, Ana Morgade, quien ha tenido que abandonar su casa por un motivo absolutamente lamentable.
Y es que la humorista ha sufrido estos meses un auténtico calvario por culpa de un hombre que la acosaba y perseguía y que, ahora, ha sido condenado a 6 meses de prisión y una multa de 3.600 euros por amenazar y acosar a la presentadora en redes sociales. El acosador, incluso llegó a presentarse en un hotel donde se alojaba Morgade en 2019 durante una función de una obra de teatro a la que asistía la humorista.
El acosador también se llegó a presentar en los estudios de grabación de “Zapeando”, donde ella participa como colaboradora porque “Dios le dijo que iba a casarse con una mujer que había nacido el mismo día que Ana Morgade”.
Otros de los mensajes que denunció la presentadora fueron los siguientes: "A quien le dé trabajo le voy a echar a todo mi grupo encima, mataremos a sus hijos y hasta a sus vecinos. Nunca bromeo con estas cosas. Que no vuelva a subirse al escenario, plató, ni tele ni por Internet. Si me queréis poner a prueba, costará sangre”.
Unas amenazas que también llegaron al marido de Morgade: "Como me vuelvas a vacilar te van a meter una paliza de hospital que vas a estar un mes en él”. Por ello, la Audiencia de Navarra ha condenado al acosador a la pena mencionada.
Un acoso que hizo que la propia Morgana haya tenido que dejar su hogar por seguridad: "Dada la insistencia y reiteración del acoso realizado por el acusado, se alteró gravemente el desarrollo de la vida cotidiana con desasosiego de la víctima, como consecuencia de esa actuación insistente e intimidatoria del procesado que le llevó incluso a tener que cambiar de domicilio y ocultarlo. El acusado consiguió su cercanía física, le contactó de forma reiterada, con contenidos amenazantes o humillantes, no propios de un fan o seguidor de un artista al que se admira”, recoge la sentencia.