Las vivencias paranormales le arruinan "First Dates": “Me he quedado cuajada”
Los temas “del más allá” es mejor guardarlos para cita posteriores, sino quieres que tu experiencia en “First Date” acabe como Luis, quien acabó con el rechazo de su compañera de cena.
Hay temas de conversación que es mejor guardarse. Por mucho que se lleve eso de la sinceridad, no hay que cometer “sincericidio” y más si es la primera cita. Eso es lo que le pasó a Luis, uno de los comensales de First Date, programa que presenta Carlos Sobera, que espantó a Carmen, su cita, durante la cena.
La cita, ya de por sí, no comenzó con buen pie. El encuentro de Carmen y Luis fue, sobre todo, sorprendente para esta mujer. El look vikingo de él no convenció nada a Carmen, quien no se cortó en confesar que “físicamente no es mi tipo”.
“Me gusta lo oscuro”
Aun así, la pareja se sentó a la mesa dispuestos a conocerse y comprobar si, pese a todo, podía surgir o no la chipa del amor. Las conversaciones se fueron sucediendo hasta que llegó un momento crítico. Luis abrió su corazón y le confesó a Carmen algo que no esperaba para nada: “Yo no voy a misa ni nada, pero mismo que me gusta eso, me gusta lo oscuro, es una contradicción. Me gusta el tema paranormal”.
En un intento de zanjar el tema, Carmen lo que contestó con un “uy” que con ese tipo de cosas ella no puede. Sin saber que aún le quedaba lo mejor por escuchar: “A mi tienda ha ido gente que ve y en mi tienda hay seis o siete personas”. La cara de Carmen era un poema. Pero es que la cosa no quedaba ahí: “Hay personas, sobre todo mayores, que ven los espíritus en mi tienda. Hay seis o siete personas, entre ellos niños, de la época de la guerra. Algunos dicen que están enterrados ahí, otros no, pero lo que sí hay es una tranquilidad en la tienda… Salgo de ahí y es otro mundo”.
Carmen no sabía dónde meterse, porque la conversación le generaba entre espanto y curiosidad. Luis continuó explicándole que había tenido “experiencias paranormales como estar en una habitación con alguien, pegar en la puerta tres veces y no haber nadie; explotarse las bombillas; caerse una moneda al suelo de la nada”. A esto, Carmen solo supo contestar: “Me he quedado cuajada, porque yo esas cosas…no”.