Gabriel Rufián "roza el trastorno" con esta manía que revela en La Sexta

Este miércoles, El Intermedio se ha trasladado hasta las puertas del Congreso con una misión: descubrir si los políticos viven en una casa de su propiedad o, por el contrario, forman parte de esa población que vive de alquiler. Para obtener respuestas sobre esto, el programa deha confiado en Thais Villas, sin esperarse que, algunas de las contestaciones, generaría tanto revuelo. Y así, la reportera no dudó en plantarse allí con el objetivo de hablar de vivienda con los políticos, asegurando que "como ya he conseguido colarme en sus corazones, ahora toca colarme en sus casas".

Consiguió entrevistar a varios diputados para averiguar si vivían en una casa propia o lo hacían en un domicilio de alquiler, y entre los políticos que respondieron al micrófono del programa que presenta El Gran Wyoming en la cadena verde de Atresmedia estaba el diputado de ERC, Gabriel Rufián, que sorprendió con una confesión de lo más inesperada, la cual fue vista por una media de 915.000 espectadores y una cuota de pantalla del 6,4%.

"Soy bastante pulcro y maniático"

Rufián comenzó respondiendo a la pregunta planteada por Villas sobre dónde vivía: "Cuando estoy en Madrid, los tres o cuatro días de pleno, vivo de alquiler, pero cuando vuelvo a Cataluña, voy a casa de mi madre", reconocía, a lo que la reportera de La Sexta no dudó en señalar que, en un futuro "será suya o eso espera...". Algo que pareció encajar al portavoz de ERC, con alguna que otra duda, pues él mismo señaló que "no tengo hermanos, pero mi madre es muy joven, voy a heredar tardísimo. Ojalá nunca lo haga", aseguró, para después señalar que se trata de "un piso que está muy chulo, en un barrio obrero...".

Pero la cosa no quedó ahí, y la curiosidad de Villas fue a más: "¿Es usted muy de ordenar cuando está en casa?", cuestionaba al diputado sin esperarse la siguiente confesión: "En casa soy bastante pulcro y maniático". Una revelación que avivó todavía más la curiosidad de la reportera de La Sexta, quien quiso dar un paso más y averiguar hasta qué punto llegaban las manías de Rufián: "Rozo el trastorno", aseguraba el político, señalando que ordenaba por colores "hasta la ropa interior. La organizo en función de la suerte que me da. Pero estoy bien, soy una persona normal", aseguraba a modo de conclusión entre risas tras la íntima e inesperada confesión.