Año nuevo, críticas viejas: Pedro Ruiz no se calla y atiza sin piedad a Sálvame
El histórico actor y presentador de Televisión Española no ha tenido ninguna compasión para criticar duramente el primer programa del año, dirigido esta semana por Carmen Borrego.
Si hay alguien especialmente crítico con los programas de Mediaset ese es Pedro Ruiz. Con toda probabilidad, el actor e histórico presentador de Televisión Española se esté cerrando puertas profesionales con semejante actitud, pero, a sus 75 años, el barcelonés está curado de espantos y presenta una más que respetable trayectoria que le permite opinar de todo y de todos.
Ruiz, que el primer día del año nuevo estuvo de actualidad por su particular forma de ver las campanadas de Cristina Pedroche en la Sexta, también se ha guardado un poco de atención para el segundo. El caso es que elemitido en la tarde de ayer fue "histórico" ya que estuvo dirigido por Carmen Borrego, colaboradora habitual que regresaba, de esa manera, a las funciones que ya tuvo en programas de este cariz hace ya muchos años. Pero su mano tampoco se notó demasiado y el programa de Mediaset no se diferenció demasiado del emitido cualquier día de las últimas semanas. Eso sí, contó con la presentación de Terelu Campos y de Alonso Caparrós, que así cubrían las bajas de titulares como María Patiño, Adela González o el propio Jorge Javier Vázquez.
En un momento del Sálvame de ayer, varios colaboradores del programa se preguntaban en voz alta si todo valía por dinero. Y, claro, lo paradójico del asunto hizo saltar de su butaca a Pedro Ruiz, que no pudo por menos que ponerse a escribir en Twitter lo que él, y muchos miles de españoles también, pensaban.
«¿Vale todo por dinero? se preguntan hoy en Sálvame !No lo saben? Ahora mudan la piel. Primero atacan, luego machacan, después contratan arrastran desprecian usan y… ahora ‘comienza la regeneración’. No les obligan a vomitar pero ya eructan ‘Sinceridad absoluta’. Nuevo formato», se atrevía a escribir Pedro Ruiz, sin prestar demasiada atención a las mínimas normas de puntuación que parecen no existir en el complicado mundo de las redes sociales.