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El mochilero del hacha: de héroe a asesino en tres meses

Netflix acaba de estrenar un documental sobre la increíble historia de Kai Lawrence, un joven vagabundo que se hizo viral en internet asegurando haber salvado a una chica de una agresión.

Una imagen del protagonista del documental El mochilero del hacha.

Una imagen del protagonista del documental El mochilero del hacha.

Publicado por
Carmen Flox

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En febrero de 2013, el nombre de Kai Lawrence saltó a la fama. Era un joven vagabundo de 24 años que en apenas unos meses pasó de ser una celebridad de Internet a ser detenido por asesinato. Todo comenzó con una entrevista de la KMPH en la que aseguraba que había salvado a una chica de una agresión por parte de un conductor. Para ello, había utilizado un hacha que llevaba en su mochila.

Esta increíble historia vamos a poder conocerla más en profundidad gracias a El mochilero del hacha, un documental que acaba de estrenar Netflix en el que trata de explicarse que ocurrió para que alguien que se había convertido en una auténtica celebridad pasase en pocos meses a ser declarado culpable de varios crímenes.


¿Quién era realmente Kai?

El protagonista de esta rocambolesca historia contó que iba acompañando al supuesto atacante, cuando este decidió estrellar el coche en el que viajaban contra un camión. La chica en cuestión habría sido testigo del accidente y Jett Simmons McBride, que así se llamaba el conductor, quería asfixiarla. Fue entonces cuando Kai sacó su hacha y al grito de "smash, smash, smash", golpeó al agresor.

El vídeo se hizo viral en unos pocos días, porque la historia parecía no tener desperdicio. Y el protagonista empezó a ser tratado como un héroe al que llamaron El mochilero del hacha. Pues bien, conforme su fama se iba acrecentando la policía investigaba el crimen ocurrido en Fresno (California) y Kai terminó siendo detenido acusado de haber provocado todo. Resultó que se llamaba Caleb Lawrence McGillvary, que había asesinado al abogado Joseph Galfy, y que había drogado a McBride con marihuana, metiéndole en la cabeza que era el mismísimo Jesucristo y que podía estrellar el coche contra el camión. Kai fue condenado a 57 años de cárcel.

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