Alfonso Guerra vuelve a la carga en El Mundo y desvela un secreto de Sánchez
El exvicepresidente con González reaparece con una tribuna y presenta a un Sánchez que quería abstenerse ante Rajoy pero que “dice una cosa y la contraria sin que medie explicación”
Alfonso Guerra con Pedro Sánchez en una imagen de archivo
En un artículo en El Mundo titulado Un malestar inmenso -título que deja claro las intenciones del autor- como prólogo de la reedición de su libro La España en la que creo, el histórico dirigente del PSOE y ex vicepresidente del Gobierno con Felipe González, Alfonso Guerra, rompe su silencio y desvela un secreto del actual presidente, Pedro Sánchez, así como su malestar con la deriva actual de su partido.
Alfonso Guerra presenta a un Pedro Sánchez que era partidario de abstenerse en la investidura de Mariano Rajoy para evitar la repetición de unas terceras elecciones que hubieran sido letales para el PSOE a cambio de obtener compromisos en políticas sociales del PP.
Es más, Alfonso Guerra indica que Sánchez le encargó “que elaborase la lista de esas medidas sociales que pudieran exigirse al candidato a cambio de la abstención” y que le “urgió la entrega de la lista llamándome a donde yo estaba pasando mis vacaciones”. Sin embargo, el histórico dirigente socialista se encontró a las 24 horas con Sánchez vendiendo su famoso “no es no” a la investidura de Rajoy.
“Un giro de posición al que después acostumbraría a los españoles, decir una cosa y la contraria sin que medie explicación alguna”, describe Alfonso Guerra sobre Pedro Sánchez. No quedan ahí los reproches, pues Alfonso Guerra lamenta que el PSOE no pactara con Ciudadanos tras las primeras elecciones que ganó Sánchez.
“Sánchez terminó aliándose con la izquierda radical y reaccionaria de Podemos, con los separatistas y con el brazo político de ETA”, deja claro Alfonso Guerra, definiendo el sanchismo como “un proceso degenerante del que no es fácil tomar conciencia”.
Alfonso Guerra también sitúa a Podemos cercano a ideas “de Carl Schmitt, pieza clave de la construcción ideológica del partido nazi en la Alemania de los años 30” y critica que el PSOE “ha renunciado al socialismo liberal en el que se había apoyado durante toda su historia para apoyarse sobre una mezcla de radicalismo y oportunismo populista”. Un palo en toda regla al partido del que fue un peso pesado en los 80 y los 90.