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A Arguiñano se le suelta la lengua en Antena 3 al hablar de la actualidad

El popular cocinero de Atresmedia se caracteriza por su sinceridad y lo ha vuelto a demostrar al opinar de la industria armamentística, de las guerras y de quienes la promueven.

Karlos Arguiñano, cocinero estrella de Atresmedia.

Publicado por
Sandra Miras

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A Karlos Arguiñano hay que verlo, y escucharlo, mientras cocina. Su destreza en los fogones viene siempre acompañada con su forma de ver la vida y de decir claramente lo que piensa, sin filtrarlo. Esto mismo ha vuelto a ocurrir en su programa diario Cocina abierta con Karlos Arguiñano en Antena 3. El popular cocinero se ha sincerado para opinar sobre la industria armamentística, de las guerras y de lo que hacen al respecto los dirigentes que las promueven.

Todo empezaba cuando Arguiñano se ha puesto a recordar sus tiempos de juventud y su época de "mili. "Fui soldado de Franco", comienza diciendo el vasco. "Me dieron una ametralladora. ¡Qué miedo me daba a mí mismo! ¿Cómo se le puede dar a un chaval de 20 años una ametralladora?", continuaba señalando, para ya arrancar con la genial sinceridad que le caracteriza al cocinero de Antena 3.

La opinión sobre las armas de Arguiñano

"A un chaval de 20 años hay que darle la paga y que vaya a bailar", comentaba Arguiñano, para lanzar una pregunta a modo de reflexión: "¿Cómo son los del ejército y lo de las guerras? Vaya en lo que nos estamos metiendo. En este punto, el chef vasco destacaba la violencia que hay en el mundo porque es "insufrible e impresionante" antes de comentar que los hijos de los dirigentes no son los que se juegan la vida en los conflictos. "Soy padre de siete hijos y abuelo de 13 nietos y te das cuenta de que los que organizan las guerras, que son unos fenómenos, no van y mandan a los hijos de los demás. No son listos ni nada. Y malos, también son malos", afirmaba.

Finalmente y antes de seguir con la receta, señalaba que los únicos que ganan dinero con las guerras son los de la industria armamentística. "La verdura, el pescado, la carne, la leche, los huevos, todo sube, pero en armas hay que gastar lo que haga falta. Otros 50.000 cañones", zanjaba Arguiñano todo este asunto.