El País, condenado a incluir en su plantilla a un fotógrafo que les denunció
El juzgado de lo Social número 31 de Madrid considera probado que la relación entre el diario de Prisa y un reportero gráfico era laboral y no mercantil tras 13 años de colaboración.
El asunto de los falsos autónomos es, desde hace años, tendencia en numerosas empresas de este país. Y los medios de comunicación no son una excepción, sino más bien un campo de pruebas en el que predomina esta modalidad de contratación que convierte en relaciones mercantiles a algunas que, a todas luces, son relaciones laborales de toda la vida, pero sin contrato por cuenta ajena de por medio.
El último ejemplo de ello se ha vivido dentro del periódico El País en los últimos días. El asunto es que la titular del juzgado de lo Social número 31 de Madrid ha condenado al periódico de Prisa a incluir en su plantilla a un fotógrafo que ha estado colaborando regularmente con el diario desde hace seis años con un contrato mercantil, y con anterioridad de manera esporádica entre 2010 y 2017. La llegada de un nuevo jefe al departamento gráfico, que decidió prescindir del reportero, abrió la caja de los truenos, provocó la denuncia y la resolución judicial posterior.
La sentencia, que ha rechazado todas las alegaciones presentadas por Prisa, la obliga a incluir al redactor gráfico denunciante en el nivel D y un salario de 33.000 euros brutos anuales, además de indemnizarle con 15.196,63 euros por las diferencias entre lo que le pagaron del 1 de mayo y al 31 de diciembre de 2022.
Acreditación de "El País"
La sentencia considera probado que, pese a que existía una relación mercantil entre ambas partes, el desarrollo de esa colaboración tenía todas las características propias de una relación estrictamente laboral, salvo la ausencia de un contrato de trabajo por cuenta ajena. De hecho, todas las fotografías que el reportero gráfico realizaba pasaban a ser propiedad de la empresa, hubieran sido, o no, publicadas y el propio fotógrafo formaba parte de la estructura del departamento gráfico, hasta el punto de que, incluso, la empresa le gestionaba la acreditación como “fotógrafo de El País” cuando era necesario. Ahora, lo tendrá que seguir haciendo, pero ya con todas las de la ley.