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Arde 'Masterchef' y hay un culpable, 'La Razón' con Dragó y la soledad de Vox

Quien siembra vientos, recoge tempestades. Otros siembran tan mal que lo que consiguen es un erial. En eso están convirtiendo RTVE, donde todas las miradas apuntan a un único responsable.

Los chefs Samantha Vallejo-Nágera, Pepe Rodríguez y Jordi Cruz junto a la presentadora María Eizaguirre y la CEO de Shine Iberia, Macarena Rey, durante la presentación de ‘Masterchef’.

Los chefs Samantha Vallejo-Nágera, Pepe Rodríguez y Jordi Cruz junto a la presentadora María Eizaguirre y la CEO de Shine Iberia, Macarena Rey, durante la presentación de ‘Masterchef’.

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RTVE se está convirtiendo en un erial y todas las miradas apuntan hacia un único responsable capaz de crear una crisis con su único formato estrella. Por corto y por derecho: todo el mundo en el sector televisivo es consciente de que el producto más destacado de TVE, actualmente, es Masterchef. El único formato del que la cadena pública puede presumir incluso a nivel internacional. Pues bien, alguien, allí, ha decidido manosearlo como la masa de una croqueta hasta conseguir que la percepción general sobre el programa de Shine Iberia sea negativa. Algo se cuece en TVE y no pinta bien.

Los chefs de 'Masterchef' Samantha Vallejo-Nágera, Pepe Rodríguez y Jordi Cruz

Vayamos a los hechos. La decisión de mutilar el programa en trozos ha conseguido una caída de audiencia que en una privada habría desatado las alarmas y, probablemente, se hubiera llevado por delante más de una cabeza. Sin embargo, en el nuevo mix en que se ha convertido TVE, que juega a competir con las privadas a base de contraprogramación y troceos pero con el 'dopping' de un presupuesto salido del erario público, ese desplome ha salido impune. Y, como a perro flaco todo son pulgas, se ha juntado con el conocimiento de una intoxicación masiva (más de cuarenta personas) en el programa de la que la cadena no dijo ni pío.


De todo esto, hay un responsable, al que ya se ha señalado en diversas ocasiones: José Pablo López, director de Contenidos Generales de la Corporación. López es el autor de la política de cambios y contraprogramaciones que buscan segar -sin necesidad, porque la Corporación no está para eso- la hierba a las privadas. Al sujeto, ya bien conocido, le tienen tomada la matricula en el sector y, por supuesto, en su propia casa: se conocen sus componendas políticas -a un lado, pero también a otro, o al menos lo intenta, del espectro- y su política de comunicación 'alternativa' a mayor gloria propia.

Para otro día habrá que hablar, por cierto, de lo que opina Shine Iberia de todo esto que se está haciendo con Masterchef. No hay que ser un hacha para saber por dónde van los tiros.

La última columna de Sánchez Dragó

El fallecimiento de Fernando Sánchez Dragó la semana pasada cierra una vida pintoresca y que, en lo mediático, tuvo amplia repercusión. Y es que el escritor, hay que recordarlo, no sólo fue durante años columnista de algunos de los diarios más importantes de España, sino que también estuvo ligado a la radio y a la televisión, hasta el punto de haber conducido -fuera del cauce literario- el informativo nocturno de Telemadrid en su momento.


Dragó, sin embargo, había ido replegándose hacia posiciones de retaguardia en los medios, bien por causa propia o ajena. Pero el escritor guardaba una trinchera en el suplemento 'A Tu Salud' de La Razón. Precisamente allí escribió su última columna, 'El arte de envejecer'.

Fernando Sánchez Dragó en la presentación de sus memorias en el año 2011

La soledad de Vox

Lo dijimos en su momento y no parece que el asunto lleve trazas de arreglarse: en los estamentos superiores de Vox hay cierta preocupación por el hecho de que el partido no cuente con medios 'amigos' de caras a las elecciones. Porque una cosa es vender a su público que con las redes sociales, algún digital y una televisión marginal basta y otra la realidad.

El problema de Vox es que en los últimos tiempos ha conseguido volverse antipático incluso para medios y cabeceras que en otros momentos no tenían inconveniente en dar voz a sus aspiraciones. No es el caso ahora y hay quienes andan intentando arreglarlo, aunque ahora, tal vez, sea tarde. Ya ni los francotiradores que el partido había situado en algunos grandes medios pueden hacer algo frente a líneas editoriales que se cobran los ataques recibidos desde Vox.

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