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La negativa de Sonsoles Ónega a leer lo que dijo un aficionado sobre Alcaraz

La presentadora de "Y ahora Sonsoles" se negó a leer parte de la introducción de una noticia sobre Carlos Alcaraz en la que hablaba sobre un insulto que había recibido el tenista español.

Sonsoles Ónega en

Sonsoles Ónega en "Y ahora Sonsoles"

Publicado por
Clara Jiménez

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Sonsoles Ónega ha protagonizado un curioso momento en su programa "Y ahora Sonsoles" al negarse a leer las palabras que un aficionado del Masters 1000 de Roma le propinaba al tenista español Carlos Alcaraz. Ha sucedido cuando la presentadora daba la introducción a una pieza en la que se podía ver el momento en que ha sucedido el insulto hacia Alcaraz.

Sonsoles estaba leyendo el 'teleprompter', el aparato que utilizan los presentadores en televisión y que les permite seguir el guión, para introducir la noticia en la que un aficionado ha insultado al tenista español Carlos Alcaraz por no firmarle un autógrafo en el Masters 1000 de Roma.

Sonsoles Ónega se niega a decir las palabras del aficionado

Mientras la presentadora de Antena 3 daba paso a la pieza y finalizaba la introducción diciendo ese insulto que había recibido el tenista: "Ha escuchado en Roma como un aficionado le ha llamado...". Pero justo antes de decir el insulto, la periodista se frenaba en seco: "Yo no digo eso, no lo digo". Y hacía que sus compañeros metieran directamente la pieza: "Que metan la pieza y escuchan ustedes lo que le han llamado".

Una actitud que se entendía después de ver la pieza y saber que el aficionado había llamado "trozo de mierda" a Carlos Alcaraz, unas palabras y actitud que han sido muy criticadas por la presentadora y por los colaboradores del programa.

No fue criticada la actitud del tenista, que tras escucharlo, y mientras se reía, se giraba para preguntar "¿Qué ha dicho? ¿Qué ha dicho?". Aunque hay que recalcar que ese insulto ha sido algo puntual, pues el tenista español, que disputará por primera vez en su carrera el Masters 1000 de Roma, ha visto como multitud de aficionados le dedicaban gritos y muestras de cariño desde su llegada a la capital italiana y hasta en su primer entrenamiento.

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