El ‘harakiri’ del consejero podemita aflora los mamoneos de Moncloa en RTVE
La ‘rajada’ de Roberto Lakidain le supuso la inmolación. Pero una cosa no quita la otra, porque dejó al descubierto asuntos extraños y planteó preguntas que afectan a altos directivos.
Lo contamos días atrás: el entorno de Podemos ha emprendido una cruzada contra los peones socialistas en la Corporación pública. Se trata de un nuevo episodio en esa pelea esquizofrénica entre socios de Gobierno que, en esta ocasión, se ha trasladado a RTVE. No es nueva, pero la cuestión de los anuncios de cara a la campaña electoral ha desbordado el vaso del 'podemismo', que siempre busca una excusa para exhibir fuerza bruta. Mucho cohete y poca cabeza de guiado.
El ejemplo más evidente es el del consejero de cuota morada Roberto Lakidain, que metió la pata hasta el corvejón al desvelar su papel como ‘comisario político’ del nonato nuevo programa de Jesús Cintora a la hora de elegir tertulianos. No deja de ser llamativo que quien acusase a buena parte de consejeros y altos directivos de estar a las órdenes de Moncloa, quedase en evidencia. Todo un harakiri, vaya. Las claves de lo sucedido, las tienen aquí. Pero ahora ahondemos en ello.
Preguntas y verdades del barquero
Una cosa es que Lakidain metiese la pata y otra que algunas de sus afirmaciones careciesen de interés:
¿Es cierto que el director de Contenidos Generales, José Pablo López, y su réplica a nivel informativo, Pep Vilar, abrevan directamente de las consignas del secretario de Estado de Comunicación, Francesc Vallés, hombre de Miguel Barroso?
¿Hasta qué punto esto ha motivado la entrada en la Corporación de productoras como La Coproductora, y las de otros directivos que coincidieron sospechosamente en los viejos buenos tiempos de Globomedia?
Por cierto, ¿quién iba a producir el nuevo programa de Jesús Cintora que, según Lakidain, tenía el visto bueno para empezar a operar y que, sin embargo, el consejero de cuota podemita se ha callado pese a pregonar que hubo una reunión entre el periodista soriano, el misterioso productor y el propio José Pablo López?
¿Iba a emplearse, de nuevo, la figura del ‘info-entretenimiento’ como subterfugio para bordear el convenio marco que prohíbe la producción externa en espacios informativos? ¿Le parecía bien esto a los representantes de Podemos en el Consejo?
¿Quién autoriza la política de López de convertir RTVE en una factoría destinada, en lo televisivo, a competir con las privadas, a pesar del fracaso y de la quema de millones de dinero público que supone?
Lo de Lakidain va a dar mucho de sí. Bueno, lo cierto es que ya lo está dando.