Sigue la polémica en RTVE: arde con un estudio millonario sin pies ni cabeza

El proyecto ‘estrella’ del anterior presidente de la Corporación, José Manuel Pérez Tornero, le estalla a la actual directiva. Y es que ‘La Gran Consulta’, a mayor gloria de la dircom de RTVE, ha dejado a todo el mundo a cuadros.

“No hay por dónde cogerlo”. Así apuntaban fuentes internas de RTVE al conocer el contenido de ‘La Gran Consulta’, la campaña vanguardista que, según sus promotores, iba a ser puntera en el sector e iba a revolucionar todo el sector. El mismo que el miércoles, al conocer el contenido a través de la nota de prensa de la Corporación y de los teletipos de agencia -se declinó invitar a portales especializados, según ‘Vertele’-, se hacía de cruces.

Porque, ¿cuáles son las conclusiones de ‘La Gran Consulta’, titánico proyecto puesto en pie por el deyectado José Manuel Pérez Tornero, al que también en esto se le ha aplicado la ‘damnatio memoriae’? Básicamente, que los participantes en la encuesta demandan contenidos informativos, culturales, educativos, cinematográficos, etc. O sea, los de RTVE. Y que son algo “residual” los que demandan tertulias de famoso y programas del corazón. Algo, todo sea dicho, que se da de palos con la realidad de las audiencias.

Da igual. Concedamos pulpo como animal de compañía y vayamos a la tramoya de cómo se ha llegado a esto. Según los datos difundidos por RTVE, las conclusiones de ‘La Gran Consulta’ se apoyan en 140.000 respuestas recibidas entre agosto de 2021 y septiembre de 2022 y en una campaña con un coste superior al millón de euros, según difundieron diversos medios especializados.

Las preguntas que sobrevuelan ‘La Gran Consulta’

Ahora, y dado que tratamos con asuntos financiados con dinero público, planteemos algunas cuestiones que quedan en el aire:

¿Acaso unas 140.000 respuestas son vinculantes frente a más de 47 millones de españoles?

¿Qué credibilidad puede tener un ratio de participantes de ese nivel que, además, habrían votado a través de un sistema sin vigilancia alguna a la hora de elevar las votaciones?

Dichos participantes, ¿son suficientemente vinculantes como para que RTVE haya llegado a unas conclusiones que, curioso, profundizan en su línea?

¿Todo este despliegue, a un coste superior al millón de euros, procedentes del erario público, para tan sólo llegar a unos 140.000 participantes y reafirmar el posicionamiento de la cadena pública?

¿Asumen la actual presidenta, Elena Sánchez, y el director de Contenidos, José Pablo López, las conclusiones, pero también el coste de este invento de su predecesor?

¿Se van a hacer públicos, en virtud de la cacareada transparencia, los nombres de esos países europeos e hispanoamericanos que, según voces autorizadas de la Corporación, estaban interesados en copiar el modelo de ‘La Gran Consulta’ para sus televisiones?

¿Por qué la presentación de las conclusiones de ‘La Gran Consulta’ se ha hecho en las instalaciones de Prado del Rey cuando, según la ‘dircom’ de RTVE, María Eizaguirre, en una entrevista fechada hace un año, estaba previsto presentar un Libro Blanco con las mismas en el Congreso de los Diputados? ¿Se aplaza de forma momentánea o permanentemente esta iniciativa? Y en ese caso último, ¿por qué?

Aparte de las conclusiones, que no se salen del carril ni resultan sorprendentes, sino incluso algo decepcionantes -se esperaba algo más de una iniciativa vendida como revolucionaria-, ¿de verdad puede publicitarse esto vendiendo “rigor”, “pluralismo” e “independencia” cuando hace tan sólo unos días consejeros y altos directivos de la Corporación han quedado retratados por su sumisión política?

Ahí queda eso.