Sardá evita el castigo por progre: inaceptable acción con los senos de Tárrega

Este martes 9 de enero les contábamos en ESdiario que TardeAR había vivido momentos de tensión por el enfrentamiento entre la directora y presentadora, Ana Rosa Quintana y uno de sus colaboradores Xavier Sardá a cuenta de sus diferentes criterios con la gestión sanitaria de Isabel Díaz Ayuso.

El enfrentamiento tuvo varios asaltos y puso de manifiesto la acusada inclinación de izquierdas de Sardá, que abandera el pensamiento ‘progre’ en el programa de Telecinco y que, como la misma Ana Rosa le dijo en directo, se ha convertido en un acérrimo defensor de Pedro Sánchez y de su Gobierno.

Una polémica en TardeAR que se ha vuelto a producir de nuevo. En esta ocasión en el programa del miércoles. Xavier Sardá ha protagonizado un incidente con una compañera de programa rancio, machista y sexista del que se ha salvado por gozar de las simpatías de la izquierda política y mediática. No nos imaginamos qué hubiese ocurrido si la ‘broma’ la hubiese protagonizado un colaborador identificado con el pensamiento conservador.

Cristina Tárrega era el desafortunado objetivo de la acción de Sardá. Todo ocurría cuando el programa hacía frente a un tema propuesto por el reportero Jorge Luque sobre los beneficios de bañarse en agua con hielo.

La producción del programa de Mediaset España llevaba al plató hielo para ilustrar el asunto. Sardá se atrevía a introducirse varios cubitos en el interior de su camisa y mostraba la heladora sensación que padecía por semejante ocurrencia.

"¡Tú eres tonto!"

Pero no quería ser el único sufridor del frío. Por ello, sin consultarlo previamente, cogía unos cuantos cubitos de hielo y se los introducía por el escote a Tárrega.

Ella reaccionaba con visible enfado y palabras severas para el presentador y colaborador catalán: “¿Pero tú eres tonto?,¿Pero y este tío?”. Xavier Sardá no se disculpaba y Cristina Tárrega iba in crescendo en su ira: “¡Tú eres tonto! ¿Qué te crees ahora que tienes tres años? De verdad eres un crío”.

Y, en sus trece, Sardá no se disculpaba e intentaba de nuevo introducirle hielo por el escote. Lo dicho, inaceptable.