Un desbordado Bayona sorprende a todos premiando la labor del público

La noche de la 38º edición de los Premios Goya comenzaba de una manera inusual, con un sketch de los Javis en pijama sobre un sofá que más tarde cobraría protagonismo por su implicación en una película de Pedro Almodóvar hace 25 años, Todo sobre mi madre.

El telón del Auditorio de Valladolid se levantaba a las 22:00 horas para acoger una aplaudida interpretación del tema de Raphael, Mi gran noche, en una fusión de estilos irrepetibles, de la mano de la cantante Amaia y David Bisbal.

Sin embargo, tras el Goya a Mejor Actor Secundario para José Coronado por Cerrar los ojos, los premios comenzaron a enfilarse para la mega producción del año del cine español y ya casi mundial. La sociedad de la nieve, que luchará por dos candidaturas en los Premios Oscar el próximo mes de marzo, arrasó en una noche marcada por la emoción de sus protagonistas.

Un triunfo apabullante

La sucesión de reconocimientos llegaba en los primeros minutos de la velada y sorprendió que los premios técnicos en maquillaje, vestuario o efectos especiales fueran destinados a la misma producción española, mientras destacaban los planos de un Juan Antonio Bayona desbordado por la emoción ante reconocimientos, a priori, no esperados.

Pero el momento culmen de la gala que hizo llorar al director catalán fue con la llegada del cuarto galardón de los premios más importantes del cine español, cuando un joven Matías Recalt se hacía con el Premio a Mejor Actor Revelación por su encarnación de Roberto Canessa.

El actor argentino de 22 años de edad sorprendió al auditorio confesando su nerviosismo al verse en una situación nueva como profesional, confesando que estuvo a punto de rechazar el proyecto, pues acababa de perder a su padre cuando comenzó el rodaje. También tuvo palabras para los supervivientes de la nieve, tanto los originales como los que la han recreado con él, sus compañeros de reparto.

Al final de la gala era Bayona quien subía al escenario en una noche épica para su trayectoria cinematográfica, que rememoraba cómo en diciembre de 2021 se situó a 4.000 metros para pedirle a las familias de los fallecidos en 1972 llevar al cine su historia, recordando "a todos aquellos que no creían que se podía hacer una película en español con la ambición que merecía".

Un mensaje en el que reconocía: "Gracias al público y a Netflix, la película lleva 150 millones de espectadores cuando ha sido hecha en España y en español y 450.000 espectadores en las salas de cine. Lo comparto con el público, que es nuestra gran asignatura pendiente. No estamos en un buen momento para producir películas, hay menos recursos que cuando empecé. Necesitamos una industria fuerte para desplegar nuestro talento", defendía el director, aplaudiendo la lealtad del público.