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Juan Soto Ivars alucina con la 'cabra violada': "Que le receten Lorazepam"

Clara ya está con su dueño, que ha afirmado en 'Espejo Público' que la cabra está un "poco distante y podría tener un trauma". Declaraciones que han dividido a los colaboradores de Griso.

En 'Espejo Público' han entrevistado a Francisco, dueño de la cabra Clara, violada la semana pasada en la Universidad Complutense.

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Raúl Puente

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Fue sin duda una de las noticias más virales y llamativas de la semana pasada. Una cabra había sido violada por un trabajador de la limpieza de la Universidad Complutense de Madrid. Clara -que así se llama el animal- llevaba varios días en el hospital veterinario de la universidad madrileña donde la llevaron para ser curada de mastitis. Una alumna pilló in fraganti al empleado -que sufre capacidad intelectual- y avisaron a la Policía, que detuvo en el acto al susodicho.

Este lunes 'Espejo Público' ha entrevistado a Francisco, el dueño de la cabra y gerente del refugio de animales ‘Dharma’ de Madrigal de la Vera, en Cáceres, donde Clara ya ha regresado tras lo sucedido. Y sus declaraciones no han dejado indiferente a nadie, indignando especialmente a Juan Soto Ivars. El colaborador no estaba de acuerdo con el tratamiento de humano que se le estaba dando al animal, utilizando palabras como violación.

La gota que posiblemente haya colmado el vaso para el escritor ha sido escuchar cosas como que la cabra puede necesitar ayuda psicológica, que se van a personar como acusación particular contra la persona en la denuncia o que el animal está distante porque puede haber quedado traumatizado de por vida.

Mi mujer es psicóloga y quería recomendarte que hables mucho con la cabra, que la cabra pueda expresarse para que todo el trauma pueda ir saliendo porque es una cosa bastante reparadora”, ironizaba Soto Ivars queriendo dejar claro que no estaba de acuerdo con lo que escuchaba. “¿Por qué pones en cuestión que pueda cambiar su comportamiento?”, preguntaba Griso a su colaborador que, tras escuchar más explicaciones del dueño del santuario de animales, se reafirmaba.

“Pues eso. Hay que hablarlo, hay que tratarlo… No sé si se le puede recetar Lorazepam o algún tipo de antidepresivo porque lo va a necesitar”, seguía ironizando el periodista antes de ponerse más serio y explicar el motivo por el que no le parecía bien.

Es que antes estaba intentado calcular el número de mujeres que habrán sido violadas en estos días y que estemos aquí hablando de la cabra me parece surrealista

Fran, dueño de la cabra, trataba de argumentar su posición intentando dar a entender que aunque, en comparación, siempre va a haber cosas mucho más graves con personas, eso no significa que el animal pueda tener secuelas. Sin embargo, Soto Ivarse se mantenía firme defendiendo que “la zoofilia es éticamente reprobable pero que la violación es algo que nos ocurre a los humanos”.

Lo que le han hecho a la cabra es una putada, pero no es una violación. Condeno el maltrato animal pero me niego a traducir los términos humanos para la vida sexual de los humanos

Y es que las opiniones se dividían entre los colaboradores que estaban de acuerdo en utilizar ese tipo de términos, como Samanta Villar, y los que no, siendo principalmente representado este grupo por Soto Ivars. Rubén Amón se centraba más en la parte legal y cómo se debe tratar, según su punto de vista, esta complicada situación. La acalorada discusión ha terminado con la intervención de Mercè Palau, una “creadora de contenido para adultos”, que asegura que este tipo de prácticas zoofílicas -las peticiones- han crecido exponencialmente en los últimos años.

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