A El País se le va la mano con el clickbait: 'Verano Azul' es una serie facha
En un artículo titulado y publicitado para conseguir visitas y facturar más, desgrana en clave de humor los estereotipos de la afamada serie para entroncarla con el franquismo: de Chanquete a los menores
¿Le estremeció la muerte de Chanquete? ¿Era de los del bando de Javi o prefería a Pancho? ¿Invitaría a una barbacoa a su casa a Piraña? ¿Le volvía loco Bea o prefería la serenidad de Desi? Sean cuales sean las respuestas, tenga usted en cuenta una cosa: podría ser usted un facha que consumía series de fachas, porque Verano Azul lo era. Así lo asegura la última ocurrencia de El País, otrora Diario independiente de la mañana y ahora maestro del clickbait, esa suerte periodísitca que consiste en poner titulares fantasiosos para atraer a los lectores y así generar visitas y, por tanto, facturar.
El País no hace el ejercicio de cickbait a través de un cualquiera, no. Lo hace en una columna firmada por Sergio del Molino, escritor y columnista que entre otras cosas ha obtenido el premio Espasa de ensayo 2018 o el premio Alfaguara de novela 2024. Así que no hablamos de un donnadie. En todo caso, hablamos de alguien que parece que tiene Verano Azul como un trauma infantil y no como tenemos a esa serie la mayoría de los boomers: como un recuerdo veraniego maravilloso.
Del Molino desgrana la serie a través de cuatro trazos básicos y determina lo que hoy podría ser considerado 'facha'. Para él, Verano Azul "no es facha, sino algo peor". Los motivos no pueden ser más dispersos. "El carácter propagandístico del desarrollismo tardofranquista y del modelo depredador del turismo que ha destruido la costa" de la serie.
"Pescado de consumo ilegal"
Hay más motivos, claro. Entre los protagonistas hay "un grupo de menores manipulados por un anciano que vive en un barco y una señora que pinta". Chanquete es "un tipo que ha visto todos los puertos del Atlántico y lleva por sobrenombre una especie de pescado de consumo ilegal", y para colmo, a los padres de los menores protagonistas no les preocupa "ni un poco que sus hijos pasen las tardes en la bodega sin ventilar" del barco de un adulto.
Julia, la protagonista adulta, "estaría mejor siendo asistida en un gabinete de psicoterapia lacaniana que pintando acuarelitas". Y se pregunta el autor, "¿qué interés tienen esos seres solitarios y ciertamente sospechosos por los cuerpos casi desnudos de los mozalbetes que les rondan?". Y concluye "Chanquete murió antes de que la policía pudiera registrar su barco".