Al Socaire, refugio Cántabro en la capital
Ubicado en las faldas de la casa que Cantabria tiene en Madrid, que a su vez está resguardada por el parque del Retiro, este nuevo comedor rinde homenaje a la cocina de la Tierruca.
Resguardarse del aire es básico para la gente de mar, y este nuevo restaurante quiere ofrecer cobijo a todos aquellos que buscan una cocina tradicional en la que los sabores de siempre sean el mejor amparo del comensal. Hablamos de un proyecto valiente en el que sus artífices, tres mujeres cántabras en plena madurez profesional, se han embarcado con la ambición de triunfar en una plaza tan exigente como es la capital.
Mariví González Coro es el alma del proyecto; una mujer tenaz que desde hace más de 30 años regenta con éxito el Hotel La Concha y el restaurante El Corral en la primera línea de la playa de Suances, villa de enorme tradición marinera que preside el mural de la terraza. Los negocios de la tierruca han quedado en manos de su marido y sus tres hijos, y para lanzarse a la aventura de conquistar Madrid se ha traído a dos buenas amigas y ahora socias del proyecto: Penche Laso, que con experiencia en el mundo de la moda y el diseño ha sido la artífice de la decoración del espacio, y Toñi Blanco, mano derecha de Mariví, jefa de cocina del El Corral durante una década y responsable ahora de los fogones de Al Socaire.
La propuesta aquí se basa en esa cocina sustanciosa y memorable del hogar, en la picada a mortero y el chup chup de las ollas. Es pura tradición hecha sin prisa y con cariño, con acierto en los tiempos y las cocciones pero con el refinamiento, la ligereza y el toque contemporáneo propios de la restauración actual. Su fuerte son los platos de cuchara, un apartado en el que son fijos el cocido Montañés (la especialidad de la casa), la sopa castellana (muy sabrosa y sin grasa) y la sopa de cocido. Además hay siempre un guiso del día: desde una fabada o un cocido lebaniego (distinto al madrileño porque utiliza el garbanzo Pedrosillano) hasta una marmita de marisco, atún o bonito o unas patatas con rape o rodaballo. También destacan los arroces melosos (de bogavante y de centollo del Cantábrico) y las paellas, pasión de Penche que vivió tres años en Valencia de donde ha traído a un experto paellero para enseñar al equipo a hacerlas como en su tierra.
Mimo y producto
Aunque con guiños también a la tradición culinaria de otras comunidades, la cocina de Al Socaire es eminentemente cántabra. De allí traen las alubias del cocido Montañés (más pequeñas y redondas que las fabes asturianas), los quesucos del Liébana, el pulpo (que hacen a la brasa), las anchoas (que se sirven sobre pan de cristal con un delicado aliño), el calamar de las rabas (que aquí se rebozan solo con harina, sin pan) y los maganos encebollados, otra de las especialidades del restaurante que se hacen con cebolla caramelizada y la tinta del chipirón.
También traerán algunos pescados y mariscos en temporada como el bonito, la sarda o el bocarte. Entre las propuestas para carnívoros destacan los callos a la madrileña y el solomillo de salsa de picón de Bejes-Trevelez. De la oferta culinaria sobresalen también los postres caseros, con mención especial del arroz con leche fresca y la lecha frita, ambas recetas de la propia Mariví. La bodega por su parte es sencilla, variada y con alguna curiosidad, como por ejemplo, un albariño de Cantabria.
Al Socaire: c/ Pio Baroja, 10. Madrid.T: 914.938.804
Precio medio: 40 € con bebida Menú ejecutivo: 30 €