17 trucos "tontos" para ahorrar un montón de dinero en comida
¿A quién no se le ha puesto malo un limón o ha ido a coger un bote de tomate empezado y se ha encontrado conque ha sido colonizado por un "alíen" que lo ha convertido en el paraíso del moho?
A pesar de que la crisis nos ha enseñado a ser más austeros los españoles seguimos tirando mucha comida a la basura –unos 135 kilos por persona al año–. Lo que compramos y no consumimos, nos cuesta entre 400 y 1000 euros cada año que podríamos gastar en otras cosas.
La mayor parte de lo que desechamos es porque se nos ha pasado su fecha de consumo y se ha hecho malo, sin embargo hay unos cuantos trucos "tontos" que te ayudan a conservar durante más tiempo algunos alimentos y por lo tanto a ahorrarte un buen puñado de dinero:
-Los que vienen en tarros de cristal, una vez abiertos, se conservan el doble de tiempo si los cierras bien y los guardas en la nevera boca abajo. De esta manera es el propio producto el que sella el recipiente y evita que entre el aire. Lo puedes hacer con los tarros de legumbres, mayonesas, mermeladas... Acuérdate de cerrar muy bien los tarros antes de darles la vuelta y de ponerles un platito debajo para prevenir goteos.
-Lo que nos sobra de tomate triturado o frito no se hará malo si lo sacamos de la lata, lo ponemos en un cuenco y lo cubrimos con una capa fina de aceite de oliva o de girasol, dependiendo de con qué lo vayas a cocinar después.
-Si pones una bolsita de tela con bicarbonato dentro en el interior del cajón de las verduras, te durarán frescas más tiempo.
-Los aguacates a medias, se conservan sin ponerse negros si los untas con zumo de limón y los envuelves bien apretados con papel film para que no queden bolsas de aire.
- Para que no se te seque el queso, úntalo con mantequilla o aceite por la parte que no tiene corteza. No te olvides de ponerlo en el primer estante de la nevera con el resto de productos lácteos.
-Si tienes suficiente espacio en la encimera de tu cocina, puedes prolongar la vida de tus acelgas, espárragos frescos, brócoli y escarola si los colocas en un recipiente con agua como si fueran flores en un jarrón.
-Las zanahorias se conservan mucho mejor si antes de guardarlas les quitas las hojas.
-¿Quieres que la leche te dure un par de días más? Es fácil. Solo tienes que echar en el cartón abierto una pizquita de bicarbonato y ¡a la nevera!
-Los plátanos te van a aguantar varios días más si envuelves la parte superior con papel film transparente. Ten en cuenta que el plátano desprende etileno y que puede dañar el resto de las frutas. Ponles un recipiente para ellos solos.
-Los pepinos aguantan me si los guardas en la nevera envueltos en papel de cocina.
-Los champiñones son muy sensibles a la humedad, así que nunca los guardes en una bolsa de plástico. Notarás la diferencia si los pones en una caja de cartón o en una bolsa de papel de estraza.
-No guardes juntas patatas y cebollas porque se estropearán antes. Si quieres evitar que a las patatas les salgan raíces, ponlas con las manzanas.
-Para que las fresas te duren más tiempo, sumérgelas en agua con un chorrito de vinagre, sécalas y guárdalas en un recipiente forrado con papel de cocina. ¡Te sorprenderás!
-Los tomates se conservan mucho mejor si los colocas con la parte del rabito hacia abajo para evitar que el aire y la humedad entren por su parte más sensible que es por la que fue arrancado. Recuerda que los tomates no deben guardarse en la nevera: pierden sabor y su textura se vuelve acorchada.
-Una nevera sucia es un foco de bacterias que además de representar un peligro para nuestra salud, estropean los alimentos antes de tiempo. Acuérdate de limpiarla una vez a la semana y en profundidad, una vez cada tres meses. Para que no se te olvide, dale ese repaso a fondo cada vez que cambiemos de estación.
-Revisa de vez en cuando la temperatura de tu refrigerador para asegurarte de que es la correcta (entre 4 y 5 grados). Recuerda que no conviene dejar ningún alimento en la nevera más de cuatro días si no queremos que empiece a criar moho o que se ponga malo contaminando a los de alrededor.
-El último truco, parece obvio, pero nos olvidamos de él con mucha frecuencia: mira bien dentro de tu nevera cada ve que vayas a cocinar. Seguro que encuentras la manera de incorporar a tu menú de cada día ese producto que está a punto de caducar.