Iztac honra a los que se fueron con un menú especial para el Día de Muertos
IZTAC conmemora esta festividad tan significativa en México con un menú degustación especialmente diseñado por Nacho Oropeza, chef ejecutivo del restaurante
Aunque Frida Kahlo dijera que “esperaba -cuando muriera- no volver nunca más” , lo cierto es que en México el Día de Muertos se celebra el retorno de aquellas ánimas que se desprendieron de sus cuerpos. La muerte es parte de la vida y por tanto debemos celebrarla.
En el Día de Muertos, la Gastronomía Mexicana juega un papel muy importante. No en vano, ambas han sido declaradas por la UNESCO Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, por lo que IZTAC-convertido ya en todo un referente de la auténtica cocina mexicana en Madrid-, conmemora esta festividad tan significativa en México con un menú degustación especialmente diseñado por Nacho Oropeza, chef ejecutivo del restaurante, que se podrá degustar el próximo día 2 de noviembre en servicio de cena.
La creencia popular prehispánica dice que las almas de los seres queridos que se fueron regresan durante el Día de Muertos, por ello, se les recibe con su comida y bebida favorita. Y así proceden en IZTAC, honrando el alma de todos los muertos y de los amantes que dan nombre al restaurante: Una historia de amor ambientada en el esplendor del Imperio Azteca que relata la tragedia de Iztaccíhuatl y Popocatépetl en la que la joven y bella Iztaccíhuatl muere de tristeza tras creer, erróneamente, que su prometido había fallecido en la batalla.
Una receta que nunca falta en cada cena es el delicioso pan de muerto con el que finaliza el Menú Degustación que se ofrecerá únicamente en la cena del día 2 de noviembre al precio de 50 euros (bebidas no incluidas) y que se compone de los siguientes platillos:
Chileatole verde (Fondo espesado con masa de maíz, epazote, tomatillo y chile); Panucho de cochinita; (Masa de maíz rellena de frijol, huevo cocido, cochinita, xnipec y cebolla encurtida); Xec (Ensalada fresca agridulce de jícama y fruta con salsa de tamarindo ligeramente picante); Tamal de cazuela (Horneado de masa colada relleno de rajas con pollo); Chuletilla de cordero en pipián rojo; (Chuletilla de cordero horneada con un espejo de salsa de pipas de calaba y achiote, acompañado de calabacín redondo y chayote); Cerdo en salsa de guayaba y chile morita (Pork belly con salsa de guayaba y chile morita acompañado depuré de yuca); Jalapeño relleno de minilla (Chile jalapeño fresco envuelto en hojaldre, relleno de picadillo de gambas); Calabaza en tacha (Dulce de calabaza en tres texturas con almíbar de piloncillo especiado) y pan de Muerto (tradicional pan de muerto perfumado con azahar y acompañado de chocolate).
Ubicado en la plaza de la República del Ecuador, IZTAC abrió sus puertas en el mismo espacio en el que en 1959 se inauguró México Lindo con el fin de continuar con el linaje, cultura y tradición del que fue primer restaurante mexicano de Madrid.
Una celebración de los sentidos en la que no falta la explosión en el sabor y color de los platos. La carta recorre desde el noroeste en Baja California hasta el suroeste en Quintana Roo. Un total de 32 estados plasmados en cada una de las creaciones presentes en ella sintetizan las diferentes opciones culinarias dentro del país.
El interiorismo, firmado por el estudio de arquitectura Free Hand, es una extensión más de la tradición que profesa su carta. Los lienzos realizados por el artista Gabriel Moreno se integran perfectamente al diseño del restaurante y narran la maravillosa leyenda del Popo y el Iztac los dos grandes volcanes que se admiran desde la Ciudad de México.