Restaurante Volea, el valor del servicio
Encontrarse una propuesta de restauración como la que Jorge Dávila y Óscar Portal han planteado en plena pandemia en un Club de Pádel demuestra que lo verdaderamente importante son las ganas
Jorge y Óscar, amigos inseparables desde que se conocieron en la Escuela Superior de Hostelería de Madrid, están dispuestos a desmontar varios clichés de una tacada con su proyecto gastronómico. Después de trabajar, tanto juntos como separados, en algunos de los mejores comedores de España, en plena pandemia decidieron apostar por su propio negocio. Pero lejos de decantarse por una propuesta al uso, decidieron coger las riendas de lo que, hasta su llegada, era un simple bar de club de pádel. El objetivo era darle una verdadera vuelta de tuerca y ofrecer un concepto rompedor.
El club ya gozaba de un concepto “Premium”, pero la propiedad necesitaba una cocina a la altura. Don José, el dueño, conocía a Jorge Dávila de su última etapa como jefe de sala en Abarra y sabía de su profesional hacer, así que no dudo ni un momento en embarcarle en esta aventura. Y es que lo más importante de Volea, no es su cocina, que también, sino el trato que se dispensa a sus clientes. Jorge, además de formado, es un Maitre con mayúsculas que sabe descifrar a sus comensales, demostrando cada día que el Premio Nacional de Gastronomía al Mejor Director de Sala que ostenta fue un merecidísimo reconocimiento.
Su socio en esta aventura, Óscar Portal, es un cocinero de consolidada trayectoria, formado en restaurantes de la talla del Gran Casino de Madrid, Zalacaín o Akelarre. Como jefe de cocina en Piñera recibió 1 Sol de la Guía Repsol tres años consecutivos, y luego estuvo trabajando en grandes cadenas hoteleras. Su cocina se basa en el producto, que él trata a la manera tradicional con “retoques” que se pueden ver en creaciones como la mejor anchoa del cantábrico maridada con shitakes, los creativos arroces que llegan en su punto justo, o el fabuloso pichón en 3 vuelcos que nos sirvió en nuestra visita y era sabor puro.
El vino es cuidado en esta casa al igual que el resto de detalles, y su selección de referencias tanto nacionales como extranjeras no defraudará a nadie. Con la versatilidad de espacios que tiene su localización, donde hay una barra, una terraza y una sala al uso, en Volea no solo se puede comer, sino que están explorando conceptos más desenfadados a cualquier hora del día con sesiones de DJ, coctelería y carta de barra informal. Todo ello combinado con un ambiente deportivo que les permite ofrecer una de las propuestas más completas del momento y que dada su “juventud” sólo puede ir a mejor.