Mousse de turrón: un escándalo de rico
Un broche final perfecto para la última cena del año, que se puede preparar con tiempo, sorprendente, fácil y todo un escándalo de rico
La opción de un esponjoso, sedoso, y aireado mousse de turrón, es una elección que no va a fallar nunca, y menos, en Navidad.
Existe la falsa creencia de que se necesitan horas para prepararlo y quizás es éste el motivo por el que muchos, no se atreven a hacerlo. Pero lo cierto es, que el único secreto para conseguir una buena mousse, es sencillamente una nata bien montada, unas claras en su punto de nieve, unos movimientos lentos y muy suaves para envolverlas y la magia del tiempo.
Pero si además quieres un postre que sea aún más delicado y magnífico, antes de presentar tu mousse de turrón de almendras en la mesa, decora con un poco de nata y unas migas de turrón del duro.
Dificultad: Media
Tiempo de preparación: 20 minutos
Ingredientes:
170 gramos de turrón de almendra blando
150 ml de leche entera
180 ml de nata para montar
2 cucharadas de azúcar integral de caña
4 hojas de gelatina
1 huevo entero + 1 clara
4 cucharadas de azúcar glass
Turrón del duro para decorar
Elaboración:
1.- Comienza por hidratar las hojas de gelatina introduciéndolas en agua fría durante 5-6 minutos.
2.- En un bol combina la yema de huevo, la leche, el azúcar y el turrón desmenuzado. Transfiere el resultado a una cazuela y ponla a calentar.
3.- Cuando comience a humear escurre la gelatina, incorpórala y remueve hasta que se disuelva por completo.
4.- Vierte el resultado en un bol y deja enfriar a temperatura ambiente.
5.- Mientras enfría, con ayuda de unas varillas eléctricas monta las claras a punto de nieve.
Después, la nata: primero bate a velocidad media y cuando comience a espesar sube la velocidad e incorpora poco a poco las cuatro cucharadas de azúcar glass.
Tu nata estará perfectamente montada cuando al volcar el recipiente ésta permanezca inmóvil y al levantar la varilla observes su famoso y firme piquito.
6.- Una vez templada la mezcla de la leche incorpora poco a poco la nata montada y las claras de huevo. Los movimientos han de ser suaves y envolventes para conseguir una mousse aireada. Lo mejor es utilizar una espátula de silicona y hacer movimientos circulares lentos de abajo hacia arriba.
7.- Traslada con mucha delicadeza la mousse a una manga pastelera de gran tamaño para rellenar tus vasitos e introdúcelos en el frigorífico durante al menos tres horas.
Decora con un poco de nata y turrón del duro previamente machacado en un mortero para perfeccionar aún más esta delicia suave y cremosa que se va a derretir en tú boca.